«El gasto en extinción de incendios es una sangría para la Xunta»

Mario Beramendi Álvarez
Mario Beramendi SANTIAGO |

GALICIA

El responsable de la política forestal gallega aboga por reducir este coste y plantea que el personal que apaga fuegos haga también labores silvícolas si tiene menos trabajo

13 jun 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

A las puertas de cada verano asoma la lacra de los incendios. Y en la memoria de muchos gallegos está la siniestra ola del 2006, que devastó casi 100.000 hectáreas de monte.

-El plan de este año nace con polémica. El sector dice que se les ha enviado sin tiempo para hacer propuestas.

-Nosotros informamos al Consello Forestal, como es preceptivo por ley, pero ese es un organismo consultivo que ni hace, ni vota, ni aprueba el plan. Ese foro no puede convertirse en una réplica del Parlamento.

-¿A qué se refiere?

-A que hay un excesivo afán por la crítica política, sobre todo en determinados grupos.

-El Pladiga 2010, casi idéntico al del 2009, se ha visto afectado por los recortes. ¿Qué echa en falta?

-Me hubiera gustado haber destinado menos a extinción. El gasto que efectuamos cada año, en torno a 43 millones, es una sangría económica tremenda para la Xunta. Con eso se podrían hacer muchas cosas.

-¿Como qué?

-Pues ordenar el monte y ponerlo en valor.

-¿Y por qué no lo hacen?

-En eso trabajamos. Pero supongo que estamos de acuerdo en que los incendios habrá que apagarlos. El sector, con cierta razón, nos acusa de que gran parte del dinero del monte va a ese fin. Es como la pescadilla que se muerde la cola.

-¿Cuándo piensa romper este círculo?

-Cuanto antes. Estamos diseñando un sistema más flexible. Queremos un dispositivo fijo más pequeño, pero que nos permita movilizar recursos con rapidez en caso de que sea necesario. No es eficiente tener inmóviles unos efectivos tan costosos.

-¿Cómo se concretaría esa estrategia?

-Pensamos que el mismo personal que hace labores de extinción, que si no hay fuegos está parado, pueda trabajar en funciones silvícolas y que, en caso de emergencia, esté operativo. También habría que coordinar un plan con las autonomías y con el Estado, costeado por todos. Los medios deben de trabajar donde hacen falta por los incendios y no estar ociosos en una comunidad.

-El PSdeG los acusa de maquillar las cifras...

-Nosotros creemos que algunas partidas destinadas al monte son preventivas. El PSdeG que piense lo contrario. Cada uno dice lo que le parece.

-Los expertos alertan de que el crecimiento de la biomasa esta primavera es un riesgo.

-Lo será si viene un verano muy seco y ventoso. No es la variable determinante. Tampoco hay que olvidar que el monte arde porque hay alguien que prende.

-¿Cómo valora la vigilancia policial?

-Es básica. Y tiene un efecto disuasorio. Una de las consecuencias positivas de la ola del 2006 fue que, desde entonces, las fuerzas de seguridad se han aplicado con más tesón.

-¿Por qué la ratio de condenas respecto al número de detenidos como presuntos incendiarios es tan baja?

-Porque resulta muy difícil encontrar pruebas. Quizás habría que afinar las leyes para que resultara más fácil perseguir este delito. En unos años podremos avanzar mucho en esto.

-¿En qué dirección?

-En la de la eficacia. La tecnología, las imágenes vía satélite, nos van a ayudar mucho a identificar a los incendiarios. Hay zonas del monte por las que no pasa tanta gente. Y podremos saber qué coche estuvo allí. El sistema de imágenes por satélite puede ser un filón.

-¿Qué hacen para resolver el minifundio forestal, el gran drama del sector en Galicia?

-Nosotros tenemos claro que hace falta agrupar propiedades privadas para dar salida al monte.

-El problema es cómo hacerlo, claro...

-Estamos trabajando en varios frentes. Primero, en una figura societaria que ya recoge la ley estatal de montes. Pero eso depende del Gobierno central y llevará tiempo. Mientras, vamos a hacer una disposición autonómica que regule cómo tienen que ser estas agrupaciones apoyándonos en la figura de la sociedad limitada, que es la que mejor se adapta a la realidad forestal.

-¿Por qué?

-Nosotros queremos que entre capital privado, que no solo estén propietarios. El monte lo que necesita es capitalización, dinero. Necesitamos regular una realidad compleja, diseñar un modelo de estatutos. Tener en esas agrupaciones gente que no quiere estar, que está descontenta, es un foco tremendo de conflictos.

-El bipartito impulsó las uxfor (unidades de xestión forestal) como modelo.

-En esa figura bastaba con solo el 50% de propietarios. Nosotros queremos utilizar la concentración parcelaria para que el dueño que no quiera participar se le compense con terreno fuera de la agrupación. Queremos dar entrada al capital privado, pues poner en valor todo el monte con cargo al presupuesto público es imposible. Ya he oído alguna crítica de que queremos privatizar el monte, pero es una sandez.

-¿Por qué?

-Pues porque el monte que ya es de un particular, que es la gran mayoría, no se puede privatizar. De lo que se trata es de ponerlo a funcionar, de hacer rentables las explotaciones.