«Lo que más conocen allí sobre nosotros son los equipos de fútbol»

J. C.

GALICIA

22 feb 2010 . Actualizado a las 13:23 h.

Agustín Jamardo, un joven de Caldas de Reis, dice que es el único occidental en su universidad. Vive en Pekín desde noviembre, donde realiza su proyecto de fin de carrera. «En inglés», aclara. Al chino le dedica cuatro horas diarias, pero dice que necesitaría otras cuatro y no le llega el tiempo para todo. En estos pocos meses ya le ha dado tiempo a darse cuenta de que los chinos de allí no son como los de aquí: «Es verdad que trabajan muchas horas y, aunque no se puede generalizar, no trabajan tanto como se piensa».

Miriam Rodríguez, jefa de departamento de chino en la Escuela de Idiomas de A Coruña, cree que eso es una herencia comunista, el sobreempleo: «Tres camareros para la misma mesa». Acostumbrados a la discreción que muestran los chinos en España, a Miriam le sorprendió la jovialidad de muchos de ellos y cómo les llama la atención y valoran todo lo que viene de Occidente: «Parece increíble, pero te paran por la calle para pedirte si se pueden sacar una foto contigo. Y cuando venía mi padre, que tiene barba, la gente flipaba», recuerda. Pasó dos años en Pekín y admite que le costó integrarse. «Regresé porque me ofrecieron este trabajo, pero admito que necesitaba volver».

Solo una etapa

Agustín dice que está viviendo «una experiencia inolvidable» pero también piensa que China es un lugar en el que cubrir una etapa, «pero no para plantearte el resto de tu vida». Luanne López también está de vuelta. Pasó en Hong Kong el 2007 y el 2008. El traslado estuvo relacionado con el trabajo de sus padres: «Yo ya había acabado mis estudios universitarios y vi el viaje a Hong-Kong como una oportunidad». Luanne ya sabía que regresaría. Ahora está encantada de haber aprendido chino y sorprendida por el interés que se encontró por el español y su cultura en la comunidad en la que vivía. Una excepción, porque la marca España es un concepto aún muy difuso en China y, Galicia, un concepto inexistente.

«Lo que más se conoce de España son los equipos de fútbol», confirma un ejecutivo de Caramelo, que ha pasado largas temporadas en China. Asegura que, con respecto a su producto, la mayoría lo asocian con moda de Europa y en algunos casos de España: «No creemos que exista la marca Galicia por el momento, sin embargo esto podría cambiar en un futuro no muy lejano».

Miriam Rodríguez tampoco cree que los chinos estén por esos matices. «Para ellos Occidente es Estados Unidos. Les cuesta entender que hay otras culturas y a veces resulta incluso un poco molesto».

Respetuosos, serviciales...

Agustín, que pudo haber elegido otros destinos para su proyecto -«Lo solicité en China porque era lo más extraño que encontré»-, dice ahora que lo que más valora de su nuevo entorno es la gente: «Es muy servicial. A veces incluso demasiado, pero es lo que más me gusta». Luanne refrenda la idea: «Son muy respetuosos, muy aplicados». Y Miriam. «Si necesitas algo son muy amables. Preguntas por una calle, por ejemplo, y se desviven por indicarte».

¿Y eso de que se parecen a los gallegos? «Sí, es posible -reflexiona el ejecutivo de Caramelo-. Compartimos el carácter emprendedor, emigrante, la dificultad a la hora de planteara directamente un problema. Y difícilmente vas a saber lo que realmente piensa un chino o un gallego».

Todos los que han pasado por la experiencia china valoran ahora de forma muy importante haber aprendido el idioma en mayor o menor medida. Han trabado amistades que mantienen en la distancia. Este ejecutivo coincide en que resulta difícil trabar amistad con un chino, «pero luego es una amistad incondicional».