Antes de llegar al vicerrectorado de Investigación ya salía en los medios de comunicación por su trayectoria científica. No en vano, la Fundación Bill Gates seleccionó su proyecto para desarrollar una vacuna por vía nasal contra la hepatitis B. Sabe de lo que habla, y reconoce que los recursos destinados a bases de datos y revistas electrónicas son fundamentales en el resultado de I+D.
-¿Qué áreas de conocimiento serán las más afectadas?
-Esta decisión, el recorte en el presupuesto del Consorcio de Bibliotecas Universitarias, Bugalicia, le va a afectar a todos los campos del conocimiento. Algunas de las bases de datos de las que tenemos que prescindir son más grandes y otras más pequeñas, pero son importantes. La comisión técnica de Bugalicia escogió las que en relación uso y coste salen más caras, pero hay de ciencias experimentales, técnicas, sociales y jurídicas, de la salud y de humanidades.
-¿Cómo les afectará a los investigadores?
-En el caso de las revistas electrónicas mantenemos el formato papel, por lo que en último caso pueden recurrir a ellas. El mayor problema lo tenemos en las bases de datos que se tienen que cancelar, once, y que dan acceso a más de 29 millones de artículos científicos. Estas bases son una herramienta imprescindible porque son el paso previo a la revista y repercutirán en los resultados de investigación, porque o no consigues la información o debes invertir el tiempo buscando otras formas de conseguirla. Pero no afecta solo a científicos, sino al conjunto de la universidad. Es curioso que se reduzca esta partida justo ahora que se está pidiendo que en los nuevos grados y másteres las consultas a estas bases sean imprescindibles.
-¿Como vicerrectora ha recibido ya quejas de los investigadores?
-La decisión se tomó en la última semana y la verdad es que muchos aún no se han enterado. Las reclamaciones vendrán a partir de enero. Es una medida que nos ha dejado muy mal gusto.