Inversiones por decreto vecinal

GALICIA

Habitantes de Ferrol decidirán este mes a qué se destinarán 350.000 euros de las cuentas municipales dentro de los primeros presupuestos participativos de una ciudad gallega

09 dic 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Ferrol es la primera de las siete ciudades gallegas en subirse a los presupuestos participativos, una iniciativa que también desarrollan medio centenar de urbes españolas. Sus ciudadanos no solo tienen voz, sino también voto en el destino de parte de los presupuestos municipales del próximo año. Y su decisión es vinculante. Estrenado este año, el primer proceso está a punto de culminar y a finales de este mes se sabrá en qué han decidido los vecinos que se gasten los 350.000 euros municipales que el Concello ha reservado para esta experiencia piloto. La cuota de participación popular es de momento reducida y no llega a un 0,6% de los 60 millones de euros previstos en los presupuestos del 2010, pero quienes participan en el proyecto destacan la importancia de que el ciudadano pueda intervenir de forma directa en la toma de decisiones.

Y las aportaciones desbordaron las previsiones. En total se presentaron 1.227 propuestas, referentes únicamente a cinco parroquias -tres de la zona urbana y dos de la rural-, las seleccionadas para estrenar la iniciativa. De todas ellas, técnicos municipales y los propios vecinos integrantes de las mesas de las propuestas seleccionaron solo 243 ideas. Y esta semana se realizará la criba definitiva antes de que sean sometidas al veredicto de las urnas: los ciudadanos del ámbito urbano votarán este sábado, y los del rural, el domingo 20.

Como en Eurovisión

El censo electoral estará compuesto por 730 ferrolanos pertenecientes a los barrios elegidos para esta experiencia con vocación de continuidad -San Pablo, Santa Mariña, San Xoán, Doniños y San Xurxo-. En el recinto ferial de Punta Arnela votarán como en Eurovisión: cada vecino deberá otorgar sus puntos -del 1 al 10- a diez de las propuestas que lleguen hasta ese día. Por el camino se habrán quedado las que superen el presupuesto destinado -finalmente la cuantía se ha fragmentado y 210.000 euros irán para la zona urbana y 140.000 para la rural- y también las que no superen el filtro después de un largo proceso de criba en el que se tienen en cuenta criterios de prioridad, viabilidad y también de justicia social.

Este proceso, muy resumido, es fruto de mucho trabajo, también técnico. «É un proceso moi complexo, de moita xestión, moitas chamadas e visitas aos sitios», indicó Maica Rodríguez, técnica municipal de Participación Cidadá.

De todo el proceso destacan dos cuestiones: que haya sido impulsado directamente por la ciudadanía y que se encuentre abierto a todas las áreas de gestión municipal. Sin embargo, la mayor parte de las peticiones se concentran en las infraestructuras, los servicios y en mejoras tecnológicas. Extender la red de saneamiento, la construcción de un centro de día para la tercera edad o la mejora de la conexión a Internet son algunas de las propuestas con más apoyos. Todos los ciudadanos pueden participar en el proceso, aunque este año lo han hecho cerca de 800. «Empezamos con mucha ilusión y mucho miedo de que la participación no resultase efectiva», confiesa Ana Beceiro, vecina de San Pablo y participante activa en todo el proceso. La masiva respuesta de sus convecinos le ha quitado cualquier temor. Ahora apela a su sentido de la solidaridad.

Los presupuestos participativos «nos abren las puertas a que veamos todos los problemas de la ciudad. Hemos aprendido a escuchar a otra gente y a que a su lado nuestras carencias parezcan pequeñas». Magdalena González, vecina de Doniños, coincide también en ello. «Me sorprendió que haya casas en la zona urbana que no tienen aún saneamiento», señaló.

Pero para ambas lo principal es la posibilidad de participación activa de la ciudadanía. «Lo importante no es tanto el dinero sino que los vecinos puedan participar y decidir». «Ha sido un trabajo maratoniano, pero ha valido la pena», concluye Ana Beceiro.