El grupo de guardias civiles llegados desde Madrid pasaron el día rastreando los archivos de la Policía Nacional
09 nov 2009 . Actualizado a las 12:05 h.Con toda discreción, a bordo de coches camuflados y vestidos de paisano como unos lucenses más, un grupo de hombres -más de una decena- fueron entrando ayer a mediodía en la Comisaría de la Policía Nacional de Lugo. Eran los guardias civiles de asuntos internos llegados de Madrid que llevan dos semanas en la ciudad y siguen desmantelando la trama de prostitución en el marco de la denominada operación Carioca, que dirige la responsable del Juzgado número 1, María del Pilar de Lara Cifuentes, y que ayer se pasó el día entero dirigiendo el registro de la comisaría.
Por primera vez en la historia reciente, un operativo de la Guardia Civil tomó literalmente la comisaría de la Policía Nacional de Lugo, aunque no todo el edificio, sino que se fueron directamente al departamento de Extranjería. Sobre las cuatro de la tarde llegaron bocadillos para los guardias y la jueza, y continuó el trabajo toda la tarde.
Sin que nadie lo percibiese, fueron llegando algunos mandos y policías, que durante la jornada asistieron los requerimientos de la comitiva judicial. Registraron a fondo los archivos de Extranjería de la planta segunda del edificio policial, para lo que contaron incluso con la colaboración personal del comisario, al que se vio en varios momentos revisando los archivadores. Alrededor de las ocho de la tarde abandonaron esas oficinas y se fueron a registrar otro edificio alquilado, aledaño a la comisaría, en el que también hay archivos de Extranjería. A las nueve y cuarto la jueza y su secretaria ya salieron de la sede policial, con algunas carpetas de papeles bajo el brazo, y los agentes comenzaron a cargar en los vehículos varias cajas, para luego abandonar la comisaría en dirección al juzgado, poco antes de las diez de la noche.
A esa hora se desconocía si había detenciones, que podrían producirse en las próximas horas, porque la operación sigue abierta y la jueza -una vez encarcelados un cabo de la guardia civil, un agente municipal, un empresario y varias personas más- está tratando de tirar del hilo para desentrañar el sistema que servía para surtir de mujeres a los clubes de alterne.