Encarcelan a dos policías gallegos por facilitar a cambio de dinero la estancia en España a prostitutas extranjeras

GALICIA

16 sep 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Dos agentes de la Policía Nacional de origen gallego fueron encarcelados en la prisión de Monterroso, en Lugo, por facilitar la estancia a prostitutas inmigrantes en España a cambio de dinero. A un tercer agente se le imputa un delito similar.

Uno de los policías realizaba esta práctica ilegal en el aeropuerto coruñés de Alvedro, donde fue detenido, mientras que los otros dos operaban en Madrid. Los tres utilizaban el mismo modus operandi, aunque sin tener conexión entre ellos. Legalizaban los pasaportes de las mujeres que acudían a ellos con el sello de salida del país al caducarles el permiso de tres meses de estancia en España como turistas. Sin embargo, las mujeres nunca llegaban a subir en el avión. Los agentes también estampaban el sello de entrada de las mujeres en España, por lo que las habilitaban para estar otros tres meses en territorio español.

Diez mil euros al mes

A pesar de que el caso está bajo secreto sumarial, se pudo conocer que el policía que trabajaba en Alvedro podía cobrar hasta diez mil euros mensuales por esta práctica delictiva. Se calcula que este funcionario cobraba entre 400 y 700 euros a cada mujer, y al mes podía atender las peticiones de unas veinte prostitutas.

Las detenciones se produjeron después de casi año y medio de investigaciones. La Policía Nacional inició las pesquisas al comprobar que en distintas redadas llevadas a cabo en varios clubes de alterne del territorio español no se localizó a ninguna mujer en situación ilegal. Sospecharon de bandas brasileñas, colombianas e incluso portuguesas, pero los sellos de los pasaportes de las mujeres eran perfectos, por lo que descartaron que fuesen falsificados.

Por esta razón, la policía realizó un seguimiento a varias prostitutas. Comprobaron que en la fecha de salida del país que indicaba el sello de sus pasaportes, estas no se encontraban registradas en las listas de pasajeros de las distintas compañías aéreas. Fue entonces cuando la vigilancia se centró en los policías que trabajaban en los aeropuertos, procediéndose a la detención de los tres agentes.