El censo de residentes ausentes sigue creciendo, hasta llegar a los 328.874 inscritos

X. F.

GALICIA

14 may 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

Incrementar las garantías del voto de los emigrantes es una cuestión importante no solo por asegurar la limpieza de los sufragios emitidos, sino también porque el número de electores no ha dejado de crecer de forma continuada. Los últimos datos constatados por el Instituto Nacional de Estadística revelan que el censo electoral de residentes ausentes (CERA), a 1 de marzo de este año, ha aumentado en 10.822 personas en los últimos doce meses. Este ascenso otorga al CERA un número de 328.874 electores, lo que da idea de su importancia en el panorama electoral gallego: en torno al 15% del censo total.

Si estos datos se ponen en relación con los de comicios anteriores, el incremento del CERA es aún más significativo: desde las autonómicas del 2001, el aumento ha sido de 60.422 personas con derecho a voto. Este crecimiento no tiene equivalente en el resto de España, ya que la comunidad copó casi el 30% de las altas en el censo de los residentes ausentes de los últimos cuatro años, a mucha distancia de Canarias, la segunda autonomía con mayor porcentaje de subida.

La gran mayoría de los 315 municipios gallegos participan de esta tendencia y no han dejado de ver cómo crecía el número de emigrantes que hacen llegar su sufragio por correo desde el país en el que se encuentran. La provincia donde este fenómeno se da una forma más acusada es Ourense, donde los emigrantes superan el 25% del censo total de votantes.

Contraste

Contrasta, en cambio, el descenso del número de votantes residentes en las cuatro provincias. Según el INE, el 1 de marzo Galicia contaba con 2.301.521 inscritos con derecho a voto, lo que supone una merma del 2.263 con respecto al 1 de marzo del 2007. Esta disminución confirma una tendencia que se hace patente en los últimos años, ya que desde el 2004 el descenso en el censo de electores residentes se acerca a un porcentaje del 5%. La mengua poblacional se ha traducido en la pérdida de diputados en representación de Galicia, aunque si se computasen los votos de la diáspora, las actas deberían incrementarse en cinco.