Eisenman cobró 9,7 millones por el Gaiás pese a incumplir obligaciones

M. Cheda

GALICIA

01 ago 2007 . Actualizado a las 02:58 h.

santiago | Si cada gallego depositase dentro de una hucha común diez céntimos al día, transcurrirían cinco semanas largas hasta reunir 9.672.006 euros. Esa suma es la que ya se ha embolsado Peter Eisenman por sus aportaciones al complejo del monte Gaiás (Santiago). Una tarea, a juicio del Consello de Contas, inconclusa y plena de imprevisiones. Según el ente fiscalizador, erró a la baja tanto en sus cálculos presupuestarios como en los temporales.

El 26 de abril del 2000, Eisenman Architects y la Consellería de Cultura establecieron, negro sobre blanco, cuánto valía diseñar y dirigir el levantamiento del recinto: 13,9 millones. Los parámetros empleados para cifrar el montante «non se corresponden con ningún dos sistemas habitualmente utilizados [...], polo que estamos ante unha decisión absolutamente discrecional non adaptada á lexislación», denuncia Contas en su informe.

El mayor contrato entre las partes se cerró 15 semanas después. La compañía percibió 5.589.901 euros por elaborar dos proyectos, el básico de la Cidade da Cultura y el de ejecución de la explanación de la zona. El primero estimaba en 132,8 millones el coste conjunto de la obra y la dividía en 12 partes. Certificaba que materializar cada una de ellas tomaría de 3,3 meses en el mejor de los casos (hemeroteca) a 13,3 en el peor (museo), y en suma, 104,3. Pero que, si se llevaban a cabo respetando un calendario que proponía, en 33 estarían todas listas. En la confección de cuentas monetarias, el Consello ve «falta de rigor» y echa de menos «un proceso máis científico [...], máis propio da profesión». Sobre los tiempos opina prácticamente lo mismo. De hecho, once de los trabajos terminaron saliendo a licitación por 202,3 millones más (un 181% extra) y con unos plazos 156,1 meses globalmente más largos. Hoy resta por subastar el otro, de 37,9 millones de euros.

Como continuación de la encomienda de julio del 2000, el 9 de octubre del 2001, la Xunta del PP encargó al estadounidense la redacción de los 12 proyectos constructivos. A cambio de casi 4,2 millones más, el arquitecto habría de ir acabándolos, de forma escalonada, antes del 18 de julio del 2003. Mediado el verano del 2002, sólo había concluido los cuatro más sencillos. En opinión de Contas, el Ejecutivo tendría que haber reaccionado exigiéndole «danos e prexuízos», a tenor «da gravidade» de su proceder.

Muy al contrario, traspasó las tareas restantes a la entente Euroestudios-Andrés Perea Ortega y no reclamó a Eisenman la devolución de 907.832 euros que ya había recibido. Además, suscribió con él un convenio que lo exoneraba de responsabilidades y le garantizaba 2,4 millones extras por visitar Compostela seis veces al año hasta diciembre del 2005, supervisar la labor de sus sucesores, instalar una oficina en la ciudad y desarrollar conceptos de su diseño preliminar. Cobró, sostiene el organismo fiscalizador, pese a eludir las dos últimas cláusulas.