La piscina municipal se dota de una silla-grúa para que los discapacitados se puedan sumergir sin ayuda

Ilda Mosquera

FERROL CIUDAD

05 oct 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

La piscina municipal de A Malata cuenta, desde hace poco tiempo, con una silla tipo grúa que permite a las personas con movilidad reducida entrar y salir del agua solas. «Antes, para meterme en la piscina me tenían que ayudar dos personas, ahora lo hago sin la ayuda de nadie», explica satisfecha Lucía Pérez Pereira, secretaria de la Asociación Sociocultural de Minusválidos de Ferrol.

La silla está pensada para que los discapacitados físicos ganen independencia y tiene un manejo muy sencillo que facilita a todas las personas de movilidad reducida la inmersión en la piscina. «Yo me traslado de la silla de ruedas a la grúa y, una vez en ella, le doy a una palanca que está pensada para que todos los discapacitados podamos presionarla. Cuando la grúa termina de moverse, me bajo; y para salir es igual, me subo a la silla y le doy otra vez a la palanca», cuenta Lucía Pérez.

La secretaria de la Asociación Sociocultural de Minusválidos explica que la entidad a la que pertenece hizo varias reclamaciones para conseguir este servicio, «que era muy necesario». También destaca que, «gracias a esta silla anclada, los minusválidos podemos ir a la piscina a cualquier hora, sin tener que depender de nadie».

«Solicitamos esta grúa porque a la piscina va mucha gente en silla de ruedas y se hacía necesario algo así», asegura Lucía Pérez Pereira.

Una vez que esta demanda ya ha obtenido respuesta, la asociación tiene previsto centrar sus esfuerzos en otro objetivo. «Ahora queremos reclamar la adaptación de los transportes que unen Ferrol con A Coruña y a Santiago, que no están preparados para nosotros; pusieron el wifi pero no se acordaron de nuestra situación», advierte la secretaria de la Asociación Sociocultural de Minusválidos de la ciudad.