Touriño achaca la derrota electoral al desencanto con el bipartito y a la crisis

ELECCIONES GALLEGAS 2009

Una gestora presidida por Ricardo Varela llevará las riendas del partido hasta el congreso del 25 de abril

30 may 2011 . Actualizado a las 14:29 h.

De presidente de la Xunta ilusionado con la posibilidad de reeditar su mandato a un militante socialista más en apenas 12 horas. Emilio Pérez Touriño expió ayer la derrota electoral del domingo con la clausura de la etapa más fructífera del socialismo gallego, que en los últimos once años pasó de ser tercera fuerza a presidir Galicia. El aún jefe del Gobierno autónomo en funciones comunicó a la ejecutiva del PSdeG su renuncia a seguir liderando el partido. «As urnas deixaron claro que lle dan a maioría absoluta ao PP, e debo asumir plenamente, de maneira persoal e intransferible ese resultado», proclamó.

Touriño confirmó así un desenlace lógico, que responde a lo que ha sido una conducta habitual entre los socialistas de rendir cuentas ante los resultados electorales adversos. El episodio de ayer tiene como precedentes más inmediatos la dimisión de Antolín Sánchez Presedo, en 1993, y de Abel Caballero, cuatro años después. «Paso a ser un militante entusiasta, animoso e combativo, pero un militante de a pé do meu partido, que ten unha magnífica capacidade e dirección, e seguirá adiante redefinindo a nova etapa e os novos liderados», señaló, en una comparecencia ante la prensa en la que, al igual que en la noche electoral del domingo, estuvo flanqueado por Mar Barcón y Ricardo Varela, que presidirá la gestora que llevará las riendas del partido hasta el congreso extraordinario del 25 de abril en el que se elegirá a su sucesor.

«Erros de xestión e enfoque»

Con la responsabilidad cumplida ante el máximo órgano de dirección, Touriño desprendió cierta sensación de alivio en un encuentro con los periodistas en el que profundizó en las reflexiones de la noche anterior sobre los motivos que frustraron la renovación del bipartito. «As causas seguro que teñen que ver coa mala situación económica que golpea aos cidadáns», explicó, pero también con «erros de xestión e enfoque» que provocaron el «desencanto e desenganche» de parte del electorado que en el 2005 apoyó las fuerzas que se coaligaron en la Xunta. Touriño cargó con su responsabilidad directa en esa falta de motivación. Confesó su pesar por no poder «transmitir a sensación dun Goberno seguro, estable e confiado» frente a la «imaxe de bigobernación» que le acabó cobrando peaje en las urnas.

La lectura no es nueva. En los últimos días de campaña, coincidiendo con el viraje para desmarcarse del BNG, Touriño lamentó errores y un abuso de la política de moqueta que relegó el contacto con la gente. El cambio quedó recluido en los despachos y lo que caló en la calle fue la imagen de división en el Gobierno. De puertas adentro, en el primer análisis de los socialistas sobre la debacle afloraron otros matices. A expensas de evaluaciones más reposadas, predomina la idea de que la gestión del socio nacionalista actuó como desgaste, aunque en el PSdeG son conscientes de que demonizar la coalición tampoco es el discurso que más conviene, porque les dio la llave de la presidencia de la Xunta desde la que apuntaron algunas líneas de un cambio que no han tenido oportunidad de completar.

Touriño desmintió que la dirección del PSOE le haya pedido su dimisión, y subrayó que Zapatero le expresó su apoyo y solidaridad. También se reafirmó en su decisión de hacer oídos sordos a la petición de Ferraz de adelantar los comicios al otoño, para mitigar la dentellada de una crisis que a la postre reconoce como determinante. «Un é pertinaz», ironizó.

Touriño, que rehusó pronunciarse sobre si tomará posesión de su escaño en O Hórreo, respondió que la «sucia» campaña del PP, con la «acusación demagóxica e irresponsable» del despilfarro de fondos públicos, también le pasó factura. Encajó como otro traspié la falta de reacción: «Non percibín que podía estar a causar dano, porque era consciente de que era mentira».

La etapa de Touriño ya es historia del socialismo gallego.