El ministro ve «voluntad de cooperar» en el líder bolivariano, pese a que hasta el PSOE criticó sus primeras reacciones
03 mar 2010 . Actualizado a las 03:26 h.El Gobierno da por no oídos los pronunciamientos de Hugo Chávez sobre las sospechas de cooperación entre su Ejecutivo, ETA y las FARC de Colombia. El presidente venezolano adujo que el auto del juez Eloy Velasco y la petición de explicaciones que el lunes trasladó vía telefónica el ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, son «tristes restos de la época colonial española». Pero, añadió: «Nosotros somos libres». Ahora España espera una respuesta más elaborada y detallada de su Gabinete. Chávez tiene «voluntad de cooperar», aseguró ayer el ministro español.
Por esta razón, el Gobierno no se ha querido echar los pies por alto porque, según asegura la diplomacia española y al margen de las declaraciones floridas del gobernante caribeño, Moratinos recibió el lunes por la noche, de boca del propio Chávez, la promesa de que se investigará si ha existido algún miembro de su Administración, en algún nivel, que haya facilitado la relación entre ETA y las FARC.
En todo caso, la primera reacción de Chávez fue negar con vehemencia la acusación. Las relaciones con el líder bolivariano nunca han sido fáciles. Chávez tiene en sus manos un poderoso elemento de presión. En Venezuela hay una importante presencia de empresas españolas y eso ya ha hecho en ocasiones anteriores que el Ejecutivo abogara por templar gaitas antes de tomar decisiones diplomáticas drásticas, como llamar al embajador a consultas. En noviembre del 2007 ya hizo todo lo posible por evitar este gesto cuando tras el «por qué no te callas» del Rey el presidente venezolano en la cumbre iberoamericana de aquel año en Chile amenazó con apretar las tuercas a los empresarios nacionales.
Si en un primer momento calificó de vestigios del colonialismo español las acusaciones judiciales y la presión política, en unas declaraciones posteriores Chávez acusó a la Audiencia Nacional de ser parte de una «orquesta» que maneja «el imperio yanqui». E insistió en que «es una orquesta contra nosotros, pero respondemos desde aquí con alegría, fervor patrio, con unidad».
Que la primera respuesta de Chávez fue insatisfactoria es algo que admitió el portavoz parlamentario del PSOE, José Antonio Alonso, que advirtió que es preciso que se aporten argumentos «suficientemente convincentes y consistentes» por parte de Caracas porque la cobertura o colaboración con las organizaciones terroristas sería «grave e intolerable».