Caen en Francia el jefe militar de ETA y otros dos terroristas que iban a atentar en España

Melchor Saiz-Pardo / Efe

ESPAÑA

Rubalcaba asegura que la banda «lleva los dos peores meses de su historia», pero llama a no bajar la guardia

01 mar 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

La cúpula de ETA recibió ayer un nuevo golpe en Francia con la detención del presunto jefe militar de la organización terrorista, Ibon Gogeaskoetxea, y de otros dos liberados -a sueldo de la banda-, que integraban un comando que estaba dispuesto a entrar en España con las «peores intenciones».

Beñat Aguinagalde y otro terrorista aún sin identificar se encontraban junto a Gogeaskoetxea en el momento de la detención, en una casa rural de la Baja Normandía, donde el jefe de ETA los estaba despidiendo, «una de las reglas que cumple» la banda cuando un comando va a entrar en España, tal y como afirmó el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba.

Este no podía ocultar ayer su felicidad tras la captura de Ibon Gogeaskoetxea, el último capítulo, por el momento, de una racha de éxitos policiales en la lucha antiterrorista sin parangón. El ministro fue tajante: «ETA lleva los dos peores meses de su historia», afirmó, antes de garantizar que el acoso a los activistas de la banda va a continuar porque «se muevan por donde se muevan, van a tener a la policía siempre encima».

El titular de Interior aprovechó su comparecencia tras la captura del número uno de ETA para hacer balance de los golpes policiales desde que comenzó el año. En apenas 60 días, explicó, se han contabilizado 32 detenciones, un terrorista capturado cada dos días, y la banda ha perdido cerca de 2.000 kilos de explosivos y material para fabricar bombas, además de su «base logística» en Portugal y la que pretendía establecer en Cataluña.

El máximo responsable de la lucha antiterrorista, en un discurso muy medido como acostumbra tras los éxitos policiales de calado, hizo hincapié en que las detenciones de la Baja Normandía son un duro golpe a la dirección de la organización, pero también quiso subrayar que las fuerzas de seguridad no distinguen entre jefes y subordinados y que cualquier activista es objetivo de Interior. «No solo se trabaja para detener a los jefes de ETA. Detenemos al que está en la cúpula y también al que está en la base, al que comete atentados y a quien los justifica, al aparato político y al militar, detenemos a quien roba los explosivos y a quien falsifica documentos, detenemos a liberados y detenemos a legales , detenemos al que está en el equipo y al que se está preparando para entrar a jugar».

ETA, a lo suyo: matar

A pesar de la patente alegría, Pérez Rubalcaba llamó, una vez más, a seguir en alerta porque «ETA está en lo que está, que es atentar gravemente» y si no lo ha hecho ya es porque la «eficacia de las fuerzas de seguridad» lo ha evitado, señaló el ministro, quien recordó que la banda en la casa de Óbidos tenía ya lista para estallar una bomba de 300 kilos de explosivos. En esa línea, abundó en que dos de los detenidos hoy iban a entrar a España en breve con «las peores intenciones». «No podemos bajar la guardia y decirles a los españoles que estamos libres de un atentado», alertó.

Ante este panorama de constatación de que ETA sigue con la intención de matar y que en ese mundo «los que mandan son los de las pistolas», el ministro lanzó un serio aviso a la izquierda aberzale. «Hay que decirle una vez más a este sector de la izquierda aberzale, que produce documentos y hace ruedas de prensa, que la disyuntiva en democracia es clarísima: o votos o bombas».