Bono rectifica y la madre Maravillas no tendrá placa en el Congreso

ESPAÑA

El presidente de la Cámara argumenta que la evidente falta de consenso hacía imposible la iniciativa

20 nov 2008 . Actualizado a las 03:09 h.

Sor Maravillas de Jesús no tendrá placa en el Congreso de los Diputados. José Bono se vio obligado ayer a dar marcha atrás ante el aluvión de críticas que le han dirigido estos últimos días desde su propio partido por la decisión de la Mesa del Congreso de homenajear a la monja carmelita elevada a los altares por Juan Pablo II y perseguida durante la Guerra Civil. Lo hizo pocas horas después de que una cámara de televisión lo sorprendiera comentando a tres diputados del PP lo «hijos de puta» que podían llegar a ser sus compañeros socialistas. Antes había dicho otra frase que ha dado pie a interpretaciones: «Hay mucha santa y algún malo».

Ante la oposición frontal en sus propias filas, el presidente del Congreso optó por reunir con carácter de urgencia a la Mesa, que revocó por unanimidad el acuerdo que había adoptado hace 15 días. Antes, Bono había emitido un comunicado en el que aseguraba que la placa «no respondía a otras motivaciones distintas a la notoriedad de la religiosa y a las circunstancias que unían a su familia con el Parlamento», en la que hubo dos presidentes del Congreso y uno del Senado.

Tras acabar la reunión de la Mesa, Bono argumentó que la colocación estaba condicionada a que existiera consenso entre los grupos parlamentarios y al ser «público y notorio» que no ha sido así se decidió no colocar la placa en el edificio del Congreso de la Carrera de San Jerónimo donde nació sor Maravillas. «No se dan las condiciones», concluyó el valedor de la iniciativa del popular Jorge Fernández Díaz, vicepresidente tercero de la Mesa y miembro del Opus Dei. Admitió que la decisión pudo ser equivocada, pero aseguró que no actuó con «mala intención» ni con ánimo de molestar a nadie ni de ofender a los militantes laicos o de otras confesiones religiosas.

El propio Fernández Díaz reconoció que «en un clima de división de la Cámara» y ante la oposición «beligerante» de los socialistas no tenía sentido llevar adelante el homenaje.

Gran malestar

La decisión de la Mesa, avalada con entusiasmo por Bono, había causado un gran malestar en el Grupo Socialista. Su propio portavoz, José Antonio Alonso, se manifestó en contra «por coherencia con nuestra posición de retirada paulatina de símbolos». El martes, las diputadas Carmen Hermosín y Joana Serna cargaron contra el presidente del Congreso en una reunión del grupo, entre aplausos de los participantes.

El ex alcalde de Madrid Juan Barranco, que se había referido al «hermano Bono», volvió ayer a ironizar al recomendarle que rezara un Ave María para ser perdonado por los improperios que había lanzado contra los miembros de su propio partido. En días anteriores, la secretaria de Organización del PSOE, Leire Pajín, había declarado que las Cortes debían mantener su estatus aconfesional, y la responsable de política internacional, Elena Valenciano, que antes que poner una placa a la madre Maravillas había que hacerlo a las Trece Rosas, en referencia a las 13 jóvenes fusiladas por Franco. A las críticas socialistas se habían sumado ERC e IU-ICV.