Pascual mantiene la recogida de leche francesa, mientras cede rutas gallegas

ECONOMÍA

El miércoles, dos camiones cisterna partían de Francia hacia España con el producto recogido en ese país

24 may 2009 . Actualizado a las 03:50 h.

Pascual apenas recoge ya leche en Galicia. El grupo lácteo, que anteayer confirmó el expediente de regulación de empleo (ERE) para la planta que tiene en Outeiro de Rei (Lugo), ha ido cediendo las rutas de recogida que tenía en la comunidad a otras empresas como la lucense Leite Río o la quesera de O Saviñao Celega. No ha hecho lo mismo en Francia, donde también clausuró la factoría de envasado que tenía en Montauban, una localidad ubicada a unos cuarenta kilómetros al norte de Toulouse, en la región de Midi-Pyrénées. Fuentes del grupo alegan que la leche de Francia es tan europea como la de Valladolid, pero, con todo, la compra de leche francesa es ahora menor que antes. «Antes del cierre de la planta en Francia ya se había empezado a reducir la recogida hasta llegar a la mitad. Ahora es del 10% del total», añaden desde el grupo lácteo.

Varias cisternas semiabandonadas ante la nave principal, un producto que semeja leche en polvo amontonado a pocos metros de los tanques de frío en los que se almacena la leche que llega de la recogida, una barrera levantada junto a la que no hay ningún tipo de vigilancia y unas oficinas vacías en las que lo único que entra son las hojas que arrastra el viento. La planta de envasado de Leche Pascual en Montauban, adquirida por el grupo en 1994, es una fábrica fantasma. La cerraron, explica la compañía, porque el envasado que se realizaba allí pasó a una planta barcelonesa.

Son poco menos de las nueve de la mañana del miércoles. Un camión cisterna con matrícula española entra en la instalación y rompe la escena. La fábrica comienza a ser ahora menos fantasma. Lo deja de ser cuando la cisterna comienza a cargar leche líquida. «Comentaban que esto iba a cerrar, pero cerró, abrió...», explica el conductor del vehículo, encargado de llevarlo hasta las plantas que Pascual tiene en Gurb (Barcelona) o en Aranda de Duero (Burgos). La vieja factoría es uno de los puntos desde los que Pascual carga la leche que luego envasa o transforma en España.

«Por aquí -comentan unas vecinas que pasean por una zona rural de esta comarca lechera- nunca dejó de recoger producto que luego va para España». Lo mismo corroboran en una cooperativa ubicada en la localidad francesa, desde donde explican que el lugar desde el que envían leche al país vecino es ahí, en la planta de Pascual.

Pero ese no es el único punto en el que las empresas de transporte contratadas para hacer la ruta de la leche cargan su producto. A unos cuatro kilómetros de la factoría está la planta de la francesa Entremont. También el pasado miércoles, un poco después de que la cisterna recogiese el producto en Pascual, otro camión hacía lo mismo en la fábrica de la compañía francesa. Tardó más de una hora en cargar el producto. Portaba, según confirmaron fuentes conocedoras de la operación, leche desnatada también para el grupo Pascual.

Al parecer, según fuentes del sector, el grupo lácteo español ha contratado la realización de trabajos que antes podía realizar en la planta gala, como el desnatado, a compañías francesas. En ese caso deja la nata en Francia, un país que es un gran consumidor de ese producto, y trae la leche desnatada, que tiene un mayor nicho de mercado aquí, al otro lado de la frontera pirenaica.

La fábrica de Entremont en Montauban es el mismo punto desde el que en el pasado mes de diciembre un importante número de cisternas cargadas de leche en polvo, muchas de ellas con portes para la gallega Leite Río, ponían rumbo a la Península. Ahora la llegada de carga de ese tipo es muy espaciada. Lo continúan realizando algunas queserías.