«He vuelto con 5 kilos menos pero me encantaría repetir»

DEZA

El joven silledense regresó a casa tras cuarenta y cinco días de travesía trasatlántica por México y la Península Ibérica

03 ago 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Pedro Gil Pallares, silledense de 16 años, regresó el sábado a casa después de pasar cuarenta y cinco días de expedición en la Ruta Quetzal 2010. El joven trasdezano recorrió durante tres semanas Los Caminos Blancos Mayas de México y sirvió de anfitrión durante el tramo Xacobeo, en la segunda parte del viaje por la península.

-¿Qué parte del viaje fue la que más te impactó?

-Las primeras semanas, en México. Conocimos culturas muy diversas, distintas a todo lo que había visto antes. Allí también pasamos los mejores momentos, y los más duros. Hicimos marchas por la selva y dormimos al raso en medio de la jungla. El trayecto por España y Lisboa también estuvo bien. El tramo por la zona norte ya lo conocía y ejercí de anfitrión con los otros seis gallegos.

-¿Recuerdas algún momento especialmente duro?

-Sí. En una de esas caminatas, tuvimos que cruzar un río en la península de Yucatán con las mochilas en la cabeza. En general fue duro aclimatarse al calor y la humedad de allí. Estábamos a cuarenta y cinco grados.

-¿Llegaste a echar algo en falta durante esos días?

-Lo único que extrañé fue la comida. Todo lo hacen con chile allí y como no me gusta el picante me alimenté casi únicamente de piña. He adelgazado cinco kilos en el viaje pero si tuviera oportunidad repetiría de nuevo, aunque fuera como monitor.

-Hubo más de 400 horas lectivas, con talleres, coloquios, conferencias y otras propuestas formativas. ¿Cuál fue con la que más disfrutaste?

-Me pareció muy interesante la conferencia que tuvimos en Trujillo sobre Francisco de Orellana, el descubridor del río Amazonas.

-También habéis recibido a grandes autoridades y personajes,...

-Sí. Para mí fue muy emocionante llegar a conocer a Miguel de la Quadra-Salcedo. Es el explorador por excelencia y le guardo una gran admiración.

-¿A qué lugar te gustaría volver y con quién?

-A las pirámides escalonadas de Chichén Itzá o la ciudad arqueológica de El Tajín (Veracruz). El asentamiento precolombino está muy bien conservado y hay talleres muy interesantes. Me gustaría volver algún día allí con mis amigos para que pudieran verlo.

-¿Con qué te quedas de la experiencia?

-Con la generosidad y el compañerismo en el grupo. Éramos cerca de 270 becarios de 53 países y, lejos de notar el choque cultural, fue un intercambio enriquecedor para todos. En dos días puedes ser el mejor amigo de una persona de la otra punta del mapa.