Que tiemblen los veteranos barrigudos de la zona de Arousa que pasan sus horas muertas jugando la pachanga con los amigos. En Vilagarcía se acaba de crear un equipo formado por subsaharianos que viene dispuesto a ganar la liga. Y no hay más que ver su condición física para comprobar que los recién llegados a la competición no van de farol.
La idea se le ocurrió a Susana Coello Jueguen, una mariscadora voluntaria de Cáritas que algo sabe del balón y los terrenos de juegos porque tiene a su hija Miriam jugando en la selección gallega de fútbol. Dentro de las actividades pensadas por Cáritas para la integración de los inmigrantes que se benefician de sus servicios, pensaron en la posibilidad de crear un equipo, y la iniciativa fue acogida con tal entusiasmo que esta semana ya se presentó en sociedad.
De 26 a 39 años
Se llama Cáritas Arousa, y son quince jugadores con edades que van de los 26 a los 39 años. La mayoría llegaron a Vilagarcía después de arribar a Canarias en cayucos, en esa época en la que los albergues de las islas no daban abasto y los inmigrantes se repartían por toda la Península. Cuatro siguen en la casa de acogida de Cáritas; los demás ya viven por su cuenta, y están tan integrados que algunos trabajan y otros se encuentran ahora en el paro tras haber perdido el empleo por los zarpazos que da la crisis económica. Como a cualquier otro hijo de vecino en apuros. El parón económico no entiende de solidaridad.
El día de la presentación en el campo de fútbol del San Martín, en Vilaxoán, quedó en evidencia que los jugadores tenían un problema de vestuario. Pero una tienda de deportes y un equipo de fútbol de Portonovo ya se prestaron a proporcionarles los uniformes y el calzado adecuado para lanzarse a competir. Los chicos colaboran habitualmente con Cáritas, y algunos trabajan en un invernadero que tiene la entidad. «Cuando están ellos sube la producción de lechugas», avisa Francisco Fernández, el presidente de la entidad, lo que da una idea de su potencial en el campo.