Un gigante en el cuerpo de un niño

DEPORTES

Placide Nakidjin, de quince años y 2,07 de estatura, llegó a Lugo en noviembre para jugar al baloncesto. Criado en el Chad, ya ha debutado con la selección gallega

30 mar 2010 . Actualizado a las 02:24 h.

Alejandro Polo, entrenador del equipo cadete del Estudiantes de Lugo, describe a Placide Nakidjin como «un portento físico». Y no solamente porque se trata de un jugador que, con quince años de edad, mide 2,07 metros de estatura. Sino porque además, según el técnico, es «muy atlético y fibroso. Tiene más cuerpo de alero que de pívot. Es muy coordinado y saltarín».

Nacido en Chad, Placide Nakidjin hizo las maletas rumbo a Europa después del verano. Abandonó África y probó durante un mes con el Manresa. No convenció a los catalanes y recaló en Lugo, ciudad en la que el Estudiantes le concedió una beca de diez días para, posteriormente, quedarse con él hasta hoy. Pero la historia del jugador comenzó en Yamena, la capital de su país.

Inicios humildes

Hasta los diez años, Placide Nakidjin, criado en una familia humilde, practicó el fútbol. Sin embargo, como el propio deportista indica, «después crecí mucho y cambié al baloncesto». No competía, simplemente disfrutaba del deporte de la canasta en las calles de Yamena. Hasta que un ojeador se quedó prendado de su potencial y le invitó a tomar parte en un campus. Allí, Anicet Lavodrama, ex jugador del Oar de Ferrol, lo vio y apostó por él sin dudarlo.

Fue el preámbulo de su llegada a España, país en el que Placide asegura encontrarse «muy a gusto». Y eso que el idioma fue una barrera en el inicio de su aventura. Habla francés y, por suerte para él, en el equipo cadete del Estudiantes comparte vestuario con Jeremy, hijo de canadiense y, por herencia, francófono.

El sueño del baloncestista nacido en Chad es llegar a la NBA, aunque, como él mismo reconoce, «hay que trabajar mucho para conseguirlo». En la Liga profesional estadounidense, sus ídolos son Kobe Bryant y Pau Gasol, ambos de Los Ángeles Lakers, su equipo favorito. Pero en la ACB, competición más cercana, no esconde su admiración por Ndong, del Fútbol Club Barcelona.

Nada más llegar a Lugo, Placide disputó un torneo con la selección gallega cadete. Cayeron derrotados ante Cataluña, pero la experiencia fue positiva para el jugador, que se vio obligado a realizar grandes progresos con el idioma español.

Llama la atención contemplar a Nakidjin. Sus 2,07 de estatura y su juventud suponen una mezcla que, cuando menos, resulta curiosa. Inquirido acerca de si los rivales se muestran recelosos sobre su edad cuando le ven tan espigado, el baloncestista nacido en Chad sonríe y guarda silencio. Al respecto del tema, Alejandro Polo explica que «la cara de niño le delata. No tiene problemas de ese tipo».

Adaptación

Después del pasado verano, Placide Nakidjin dio un giro a su vida. La llegada a un lugar desconocido y la necesidad de adaptarse a unas costumbres muy diferentes a las que aprendió en su Chad natal le marcaron durante semanas. Ahora es feliz. «Lo que peor llevo es el clima, porque llueve y hace frío muy a menudo», asevera el jugador. Eso sí, no oculta su predilección por la comida española: «Me gusta la tortilla, pero prefiero la carne y el pulpo». El pescado, ni de lejos. Será porque su país de origen no cuenta con salida al mar.

Desde que llegó a Lugo el pasado mes de noviembre, Placide ha crecido más de un centímetro y ha ganado ocho kilos de peso después de potenciar la alimentación y realizar un trabajo de pesas específico. Además de al asistencia a los entrenamientos y al colegio, aún le ha quedado tiempo para doctorarse en las artes de la Playstation, consola que adora.

Nakidjin espera hacer carrera en España. El joven jugador asegura que no desea volver a Chad a pesar de que le tiene mucho cariño. Y lanza una reflexión: «Aquí hay muchas posibilidades para el deporte, sobre todo en el baloncesto y en el fútbol. En mi país, el dinero se destina a las armas».