Los padres quieren saber si sus niños serán campeones

Tatiana López

DEPORTES

Una empresa de Estados Unidos hace análisis genéticos a los pequeños para determinar sus cualidades futuras

05 dic 2008 . Actualizado a las 03:33 h.

¿Se han preguntado alguna vez si su retoño posee la precisión de Fernando Alonso? ¿Han soñado con estar criando a un futuro Rafael Nadal? Para todos aquellos que siembre sospecharon haber alumbrado a un medallista olímpico la ciencia acaba de poner a su disposición un nuevo test genético que permite a los padres determinar hasta qué punto sus hijos serán buenos deportistas.

Comercializado desde el pasado lunes en Estados Unidos por la empresa de laboratorios Atlas Genetic Sports, para poder consultar esta suerte de oráculo de los campeones tan solo hace falta pagar 148 dólares, dar una muestra de saliva de cualquier niño de ocho años y disponer de dos semanas de espera.

Ese es el tiempo en el que los científicos analizarán y aislarán de la cadena genética el gen ACTN3 y nos dirán si debemos seguir las clases de tenis o ir pensando en otra cosa. Más conocido como el gen de los deportistas, la primera vez que el mundo escuchaba hablar del ACTN3 era por un estudio científico llevado a cabo en el 2003 y en el que varios científicos descompusieron el ADN de 459 deportistas de élite. Tras analizar los resultados, los investigadores se percataron de que más de la mitad de estos atletas poseían una variación del ACTN3 conocida como RR, y cuya principal característica es la creación de una proteína que permite a los músculos moverse rápida y poderosamente.

Descubrieron además otra variante, bautizada como la RX, y que suele encontrarse en los llamados deportistas de resistencia. El estudio concluía con la existencia de un tercer grupo, los llamados XX, y a quienes la genética no habría dotado de ningún aliciente especial para ser estrellas deportivas.

Yago Lamela, una excepción

Sin embargo, según apuntaba The New York Times , lo curioso es que algunos de los mejores atletas de los últimos tiempos pertenecen a este tercer grupo. Así lo señalaba en unos de sus párrafos la famosa publicación, que destacaba el caso de un «famoso medallista de salto de longitud español, quien, al no tener ninguna variante R en su organismo, debe sin duda su éxito a una combinación de otros genes, una buena nutrición y el entrenamiento». Precisamente excepciones como la de Yago Lamela (único medallista español en salto de longitud de la historia) son las que hacen dudar a muchos científicos sobre la efectividad del test que podría sobreponer la predisposición genética a la fuerza de voluntad. «Imagínense que a ese niño alguien le hubiese dicho que no podía dedicarse a un deporte de velocidad; nunca hubiese llegado hasta donde lo hecho», aseguraba en la publicación Carl Foster, uno de los responsables del estudio.

Además, muchas asociaciones para los derechos de los niños han mostrado su preocupación sobre las posibles consecuencias psicológicas que este tipo de pruebas podrían tener. Es por eso que el propio Foster proponía un método alternativo para saber si alguno de lospequeños está capacitado para competir al más alto nivel: «Pónganlos en una línea con otros niños, den un disparo de salida y miren quién llega primero».