Los dirigentes del fútbol europeo están a punto de pinchar el balón de los huevos de oro. La pésima gestión de los recursos generados por el fútbol ha derivado en inabarcables endeudamientos y consecuencias impredecibles para los clubes de las grandes Ligas que incluso corren peligro de desaparición. El fisco y los acreedores manejan cifras difíciles de imaginar en términos empresariales, a excepción del mundo del fútbol, que hasta ahora parecía levitar por encima de la Justicia.
La alarma ha saltado incluso al más alto nivel. Esta misma semana, el secretario general de la UEFA, David Taylor, lanzó un ultimátum demoledor a los clubes que viven instalados en el fraude económico. Si persisten en su morosidad, el organismo europeo del fútbol tomará cartas en el asunto en forma de control financiero o decidiendo la exclusión del club que no consiga sanear sus cuentas. La declaración de Taylor sigue la línea de su jefe Platini, que ya en su día dijo que para él es una obsesión el acabar con lo que algunos llaman el dopaje financiero. Como muestra de lo que acontece en las grandes Ligas, ahí están los números: España debe alrededor de medio billón de las antiguas pesetas, Inglaterra supera incluso esta demencial cifra, con 660.000 millones de pesetas, mientras que en Italia, solo al fisco, los clubes del calcio le adeudan 100.000.
Hace años que la UEFA establece unos criterios mínimos a la hora de conceder la licencia que permite a un equipo participar en competiciones europeas. Sin embargo, Taylor avanzó que estas medidas no han sido suficientes para garantizar la solvencia económica de las grandes Ligas y que el siguiente paquete de directrices económicas será mucho más restrictivo e irá destinado a sanear por completo al fútbol en un momento de grave recesión.
Ninguna de las tres grandes Ligas de Europa se salva de la quema, y dos países como Alemania o Francia permanecen bajo sospecha. Hay quién todavía se pregunta cómo la Bundesliga pudo sanear los casi setecientos millones de euros de deuda global con el fisco en solo tres temporadas, con clubes como el Borussia de Dortmund que habían empeñado hasta el escudo, lo que, por otra parte, costó la dimisión de su presidente. También señalan algunos con el dedo a la Liga francesa bajo fuerte sospecha de clubes que acuciados por sus deudas se entregan al blanqueo de dinero. Es el escenario en el que las acciones cambian de manos de forma masiva de la noche a la mañana (Niza), o en el que se pueden mover cinco millones de euros en traspasos sin dejar rastros contables (Marsella).
ESPAÑA
Los desfases contables han puesto de moda la Ley Concursal
La utilización por los dirigentes del fútbol de un recurso de saneamiento para empresas en dificultades como mecanismo para excusar responsabilidades es la muestra más clara del temor que existe entre los presidentes de los equipos españoles a la investigación a fondo de la economía de sus clubes. Una deuda de 607 millones a la Agencia Tributaria, más la correspondiente a la Seguridad Social y otros conceptos se unen para formar una contundente cifra de casi 500.000 millones de pesetas (unos 3.000 millones de euros). Esto es lo que debe el fútbol español, es decir, más de diez veces de lo que perdonó el Gobierno por medio del Plan de Saneamiento desarrollado en 1992. El Real Madrid se lleva la palma, seguido del Barcelona, Atlético de Madrid y Deportivo, el único entre los cuatro primeros sin un patrimonio al que agarrarse como clavo ardiendo en caso de vida o muerte.
Levante, Real Sociedad y Celta, de Segunda División, son algunos de los clubes inmersos en el proceso concursal, que se ha cruzado también en los caminos del Málaga, Sporting de Gijón y Ourense, entre otros.
Los clubes españoles acuden a artificios contables como inflar el capítulo de activo y huir de este modo de la quiebra. La reducción de los ingresos y la escala salarial han hecho mella en la Liga. Además, los patrocinadores, a causa de la crisis global, están escapando del deporte, con lo que ello conlleva para los clubes.
ITALIA
La cantidad que debe el «calcio» al fisco alcanza los 100.000 millones de pesetas
Mientras el calcio y sus dirigentes aún sufren las consecuencias (incluso penales) del amaño de partidos, saltan las cifras correspondientes a la deuda con el fisco, de unos seiscientos millones de euros. Son solo una parte del endeudamiento global, comparable al de España y con casos dignos de estudio pormenorizado, como los 550 millones de euros de deuda que llegó a tener el Lazio. La situación no parece tener visos de solución a corto plazo, pues los clubes italianos insisten en gastarse casi el noventa por ciento de sus ingresos en los sueldos de sus futbolistas.
INGLATERRA
Números rojos en los grandes y en los menos grandes
La Premier League se había aupado como flotador económico al que se agarraban el resto de competiciones europeas para sobrevivir. El resto de los clubes del Viejo Continente suspiraban por un traspaso de una de sus estrellas hacia las islas Británicas. Sin embargo, el propio presidente de la federación inglesa de fútbol reconoció que sus clubes deben más de cuatro mil millones de euros. Ni los grandes se escapan a los números rojos, valga el ejemplo del Chelsea (que parecía estar a salvo bajo el ala de Abramóvich): casi ochocientos millones de euros en el debe.
El Newcastle United, equipo que ha derrochado en compras como las de Luque o Xisco, está a punto de ser vendido a peor postor, ya que a su deuda añade una deshonrosa situación en la clasificación.