Galicia puja para exponer la mayor colección privada de dibujo español

Juan Oliver

CULTURA

10 nov 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

La reina María Cristina de Borbón, esposa de Fernando VII, madre de Isabel II y regente de España durante los turbulentos tiempos de la Restauración, se hizo con ellos a lo largo de una meticulosa vida de privilegiada coleccionista. Llegó a acumular más de ochocientos dibujos de relevantes artistas del Barroco y de la Ilustración, muchos de los cuales han permanecido hasta ahora inéditos. Algunos son verdaderas joyas de valor incalculable, que componen la colección privada de dibujo español más importante, solo comparable a la del Museo del Prado.

Bajo el título Dibujo español del Renacimiento a Goya, la exposición se abrió al público por primera vez el mes pasado en Zaragoza. Galicia será su próximo destino si fructifican las negociaciones que mantienen sus organizadores con varias entidades gallegas.

Hay obras de, entre otros, Miguel Jacinto Meléndez, pintor de Felipe V; Francisco Bayeu, pintor de cámara de Carlos III y cuñado de Francisco de Goya, y Mariano Salvador Maella, que trabajó para ese mismo monarca. También de Antonio González Ruiz, José del Castillo, Antón Rafael Mengs, Juan de Juanes, Mateo Cerezo, Juan Conchinillos, Matías de Torre, Francisco Caro, Vicente Salvador Gómez y Matías de Irala. Y de artistas extranjeros, como Charles Joseph Flipart, del que se muestra un cuaderno de viajes, o Alberto Durero, con la serie de grabados Apocalipsis.

Caricaturas

La pieza estrella de la colección son las Dieciséis cabezas caricaturescas, de Francisco de Goya, que el pintor realizó entre 1797 y 1798 durante la tertulia a la que acudía en el salón del marqués de Santa Cruz, que fue, precisamente, el primer director del Museo del Prado. El dibujo, que en su anverso cuenta con un autorretrato del autor oculto durante siglos por el marco que lo contenía, se daba por perdido desde su última exposición en 1922, y los expertos lo consideran una de las primeras y mejores muestras de la tradición caricaturista española.

La reina María Cristina fue ampliando la colección incluso durante su exilio, hasta su muerte en 1878. La serie fue completada por sus herederos, y conservada durante años por el anticuario Antonio Moreno Martín, que la compró en 1963 antes de que pasara a manos de sus actuales propietarios.