El próximo noviembre se celebrará el 40.º aniversario de la publicación del disco más largo de los Beatles, el primer doble álbum más famoso de la historia del pop
27 oct 2008 . Actualizado a las 02:00 h.Mientras Paul McCartney está a punto de publicar nuevo disco, el mes de noviembre celebrará el cuarenta aniversario de un disco que cambió una época. Aunque sin relación directa, se había muerto Brian Epstein, había muerto la psicodelia y se había acabado el buen rollo. Los Beatles afrontaron los cambios cada uno por su lado y el resultado fue el primer doble álbum más famoso de la historia del pop.
A lo largo de octubre de 1968 los cuatro beatles habían grabado, en muchas ocasiones por separado, una larga lista de canciones que George Martin, su productor, quería reducir para un solo disco. El grupo se negó, en parte, porque sabían lo difícil que sería decidir qué canciones quedaban fuera y, en parte, porque el grupo quería finalizar el contrato con Parlophone y un disco doble contaría por dos discos publicados.
El disco responde a las intenciones musicales de cada uno. McCartney, dispuesto a cubrir el espectro entre Sinatra y los Who; Lennon atrapado entre la revolución, el experimentalismo; Harrison llamando la atención sobre su madurez compositora; y Ringo abandonando la grabación por falta de trabajo. Harrison y McCartney coincidieron en que la presencia constante de Yoko Ono en los estudios no ayudó a rebajar la tensión. La mayor parte de las canciones habían sido compuestas durante el tiempo de meditación en la India. Los Beatles meditaron y se dieron cuenta de que el fin estaba a la vuelta de la esquina. Mientras duró la grabación, entre junio y octubre, el nombre del disco fue A doll's house, pero tampoco hubo acuerdo. El disco salió sin título y se lo puso la gente. La idea de una portada completamente blanca procedía del artista pop Richard Hamilton, quien consideraba que después de Sgt Pepper lo llamativo sería no tener portada. Con el nombre del grupo en relieve y una falsa numeración el disco salió acompañado por un póster y cuatro fotos que se convirtieron en cuatro de las imágenes más recurrentes del grupo.
El álbum blanco llegó al mercado precedido del éxito que había tenido Hey Jude como sencillo y, contándolo como doble, es el disco más vendido del grupo. El grupo estaba de acuerdo en que se había terminado la ingeniería de las mezclas y en desacuerdo en casi todo lo demás. Aceptaron la portada en blanco porque también estaban de acuerdo en que era un nuevo principio: el principio del fin.