Los vecinos de Boedo repartieron 1.500 raciones de cigalas

Maruja Campoviejo REDAC@LAVOZ.ES

CULLEREDO

22 ago 2010 . Actualizado a las 03:47 h.

Boedo se ha convertido en los últimos años en sinónimo de comida popular de alta gama. Y es que los vecinos de esta parroquia cullerdense -que por cierto cuenta solo con cuarenta casas- decidieron hace casi una década que su fiesta gastronómica tenía que distinguirse de las decenas que se celebran en toda Galicia cuando llega el estío. Nada de productos baratos o comunes, ellos apostaron por las cigalas, una de las delicias marítimas más buscadas por los consumidores de marisco. En la novena edición de la celebración que organizaron ayer, la asociación de Boedo que se ocupa de la logística tenía preparados cerca de novecientos kilos de este preciado manjar oceánico, con el objetivo de batir su marca en el reparto de raciones. El año pasado acabaron despachando unas 1.100, y en esta ocasión se acercaron a las 1.500. Y no se crean que debido al producto del que se trata son escasas: cada ración lleva alrededor de medio kilo de cigalas. Cuestan once euros. Estas últimas cifras quizá sirvan para explicar que la cigalada convoque a más de dos mil personas en este agradable paraje de Culleredo. Este particular milagro de la multiplicación de los panes y los peces se logra debido a los contactos que los vecinos de Boedo tienen con varios armadores coruñeses, que son los encargados de suministrar el género que luego reparten entre los asistentes.

Son más leonas que leones, ya que la nueva directiva está formada por ocho mujeres y cuatro hombres. La presidenta, Flor Veloso , explica que estará en el cargo durante lo que esta organización denomina año leonístico, y que transcurrirá de julio de 2010 al mismo mes del 2011. Entre sus proyectos más inmediatos está la organización de una caseta solidaria durante el sábado 28 de agosto y el domingo 29 junto a los otros tres clubes de leones existentes en la ciudad, con el objetivo de recaudar fondos para los fines solidarios que a lo largo del año emprenden. La próxima acción de ayuda la realizará la nueva directiva el próximo 2 de septiembre, fecha de la entrega de un cargamento de libros a las oenegés Agarimo y Renacer.

Su nombre de guerra dentro del mundo de la peluquería es Marga y Budiño . Son dos mujeres -la segunda es conocida dentro del mundillo por su apellido- que acaban de abrir una amplia peluquería en la plaza de González Dopeso con el objetivo de ofrecer «peluquería con la calidad de siempre, y teniendo muy en cuenta la salud del pelo». Antes regentaban otro negocio de similares características con el que estuvieron diez años. Su nuevo periplo empresarial está motivado ahora por su interés en disponer de un local más grande -el que acaban de estrenar tiene 150 metros cuadrados-. Aunque atienden con el mismo interés a hombres y mujeres, Marga y Budiño reconocen que las féminas son sus clientas principales.

Otra empresaria clásica de la ciudad que cambia de ubicación es Chola , que hasta ahora regentaba una zapatería en las cercanías de la calle Juan Flórez, y que ahora se ha trasladado a General Sanjurjo. Esta experta en calzar con estilo los pies de las coruñesas señala que en su nueva aventura empresarial apuesta por el «zapato joven, a buen precio y marchoso».