El Campus Rock de mayor calidad de la historia, con entradas baratas, congregó solo a unas 150 personas en el Coliseo
16 may 2010 . Actualizado a las 02:00 h.Esperaban a más de mil, pero fueron unas decenas. Puede que no llegaran a 50. El Campus Rock del viernes podría haberse celebrado en una cafetería. Cuando comenzó el espectáculo, el artista debió haberse sentido tan escuchado como cuando canta en la ducha. Apenas diez personas frente a él. Más que ir a un concierto, el público fue a hacer compañía a los músicos. Demasiado Coliseo para tan pocos espectadores, pues había más gente de la organización (seguridad, camerinos, taquilleros...).
Las intenciones eran buenas. El vicerrectorado de Cultura no quería un macrobotellón como el de pasadas ediciones. El San Pepe irritó y se decidió por celebrar el Campus Rock en el Coliseo y sin bebida. En plan tranqui. Y tranquilo sí que fue.
La Universidad apuntó alto y llevó el festival al Coliseo. Puso entradas a 8 euros -6 de forma anticipada- y confeccionó un magnífico cartel de música indie, con grupos llegados incluso de Suecia o Italia, referencias del pop electrónico internacional, aparte de otras tres formaciones. La organización quería cubrir gastos y no cubrió ni la primera fila, lo que hará replantear la filosofía de este festival para el futuro. El fracaso se debe, según fuentes de la organización, no al precio de las entradas -solo 8 euros-, ni al pobre cartel -eran grupos de referencia nacional e internacional-. ¿Por qué en ediciones anteriores iban miles? Visto lo visto, por la música no, nada más que por el botellón.
Más de lo mismo ocurrió ayer, a las diez y media de la noche, la máxima afluencia se movía en torno a las 150 personas. Fue casi una cita íntima.