Los ecologistas eligieron una original manera de protesta por las obras de regeneración de los arenales coruñeses. Para ello erigieron un generoso castillo de arena sobre una de las dunas de Riazor, que llamó la atención de los cientos de personas que ayer optaron por acudir a la playa. Con ello pretendían hacer reflexionar a la gente sobre la obra que ya ha empezado en la playa del Orzán y que afectará también a Riazor y el Matadero.
Gracias a ese aporte de arena, el arenal contará con 25 metros más de superficie, incrementando de manera notable la extensión de la playa. Para ello están trayendo de una cantera de Vimianzo arena diariamente. Esta se vierte a través de un sofisticado mecanismo de propulsión desde una embarcación en alta mar.
Sin embargo, los ecologistas consideran que este es un gasto innecesario y, bajo la leyenda A los castillos de arena el mar se los lleva, señalan que en pocos años toda esa arena se la tragará el mar, generando además graves daños en los fondos marinos.