El policía que cambió las rotondas

La Voz

A CORUÑA

31 may 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Oficial y caballero. Entre una y otra imagen hay 42 años de diferencia, pero el guardia que aparece en ambas es el mismo, Manuel García Castro , al que casi todo el mundo conoce como oficial García Castro. «En realidad ahora se denomina intendente, con la nueva normativa el oficial es el cabo», aclara. Natural de Cerceda, el 19 de agosto cumplirá 65 años y colgará para siempre el uniforme, que desde hace unos días es azul. Nada que ver con el primero que se vistió. Proviene de una familia humilde y su intención era convertirse en mecánico, pero una moto se cruzó en su camino. «Al cumplir los 18 un hermano que había emigrado a Alemania me dijo que si sacaba el carné me regalaba la moto que tenía», recuerda Manuel, en la actualidad segundo en el escalafón de la Policía Municipal. En la autoescuela Cancela obtuvo el permiso y su primer trabajo ya que lo fichó el propietario de la academia, que también era el jefe de la policía de aquel entonces. García Castro todavía recuerda la recomendación que le dio su jefe: «Tienes que ser guardia. El porvenir de la policía está en el tráfico y eso es el futuro», le espetó hace más de 40 años Francisco García Varela . El chico de Cerceda siguió el consejo de su tutor y en 1967 se puso por primera vez el uniforme. Ese año, una compañera funcionaria pasó por la plaza de Mina y lo inmortalizó mientras regulaba el paso de peatones «porque el tráfico para los coches estaba cortado porque iba a pasar Franco», recuerda este oficial. Siempre caballero. Una rotonda de rotundo éxito. Con el primer gobierno democrático aprobó el examen de cabo. Once meses después ya era sargento, después suboficial y, más adelante, oficial. Para la historia íntima de la ciudad quedará para siempre su particular modelo de organizar el tráfico en las rotondas, que solo se aplica, y con éxito, en A Coruña. «Había muchos accidentes y pedí las estadísticas de los atestados. Llegué a la conclusión de que el que va para la izquierda no puede ir por el carril de la derecha. Hasta ahora tenía preferencia el que está fuera de la rotonda, pero pensé que habría que aplicar aquello de dejen salir antes de entrar», relata García Castro. Con su revolucionaria teoría basada en afirmaciones como «ó de fóra hai que botalo fóra» fue de despacho en despacho de concejales durante los últimos años y siempre salió con la vanguardista rotonda entre las piernas. «Nadie me apoyaba, todos eran detractores», recuerda y sonríe. Es el añorado Juan Manuel Iglesias Mato , Palau , el que decide darle una oportunidad y el nuevo sistema para circular en la rotondas se pone en práctica en la que está delante del centro comercial de Elviña. El éxito de la rotonda fue rotundo. «Ahora se aplica en todas las más importantes, Pajaritas, Matogrande, Eduardo Diz, Esclavas, Adormideras y un largo etcétera», destaca el histórico agente. El primer año bajaron los choques un ochenta por ciento. «Eu non teño ningún mérito. Non fixen nada nesto mundo que merezca ser destacado», afirma con humildad. Se equivoca. A Coruña pierde a un agente de los de siempre. Al policía que cambió las rotondas.

No quiso desaprovechar la oportunidad, y la baja de El Fundi permitió ayer a Iván Fandiño, torero e hijo de emigrantes de Abegondo y Oza dos Ríos, volver a la plaza de Las Ventas, por segunda vez en menos de un mes, en la corrida de Victorino Martín, con la que se clausura la Feria de San Isidro, y en la que también participaron los espadas Diego Urdiales y Manuel Jesús, El Cid. Según los expertos, fue una tarde imposible para los matadores debido a los toros y en donde el derribo deslució sus faenas. «En una situación como la mía, que confíen en mí para venir a matar una corrida de Victorino en la Feria de San Isidro es muy importante, y no me quedaba otra que salir como he salido, a darlo todo. La desgracia ha sido que no me ha servido ningún toro para poder expresarme, pero bueno, otra vez será», aseguró Fandiño a los medios tras una corrida, que le obligó a pasar por la enfermería. «A pesar de los fuertes dolores que tengo ahora mismo, estoy muy contento por la oportunidad que me han brindado de volver aquí a esta plaza», reconoció.

Auspiciado por Coco Sarmiento, Maica Caramés y Luisa Mosquera , entre otros, se celebró en el Casino una xuntanza de los oriundos de la Atocha Alta a la que solo pueden asistir los nacidos en la Atocha y no se admite ni siquiera a los de la calle Orillamar. Más de un centenar de vecinos se lo pasaron en grande.

Hacía tiempo que no sabía nada de Xoán Eiriz. No recuerdo su última actuación en A Coruña. «Fai moitísimo», comenta este artista de 52 años que el próximo miércoles ofrecerá un recital en el Fórum Metropolitano acompañado por Nacho Goris , al piano, y la guitarra eléctrica y española de Alfredo García . «O próximo disco quero que sexa en directo aproveitando o material deste tipo de concertos», comenta este veterano cantante de la calle Caballeros.