Tierra, agua, fuego y aire en el CRA Os Remuíños de Cabana

CARBALLO

13 feb 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

El jueves lo hicieron los del CRA Nosa Señora do Faro y, ayer, los del CRA Os Remuíños de Cabana. En el marco del proyecto Voz Natura, ellos apostaron también por la biodiversidad: agua, tierra, fuego y aire, los cuatro elementos de la naturaleza, se pudieron ver en el local social de Anos a modo de disfraces. Después de un pequeño vídeo de introducción y de la actuación del mago Chrystian Magic (que logró implicar a los pequeños), comenzó el desfile. Magic ejerció como presentador y, así, se fueron subiendo al escenario, ante la atenta mirada de los padres y acompañantes, todos los niños de las escuelas que forman parte de este centro. Primero, los pequeños de Eva, la profesora de Anos, que se disfrazaron de soles. Amarillos con ganas. Le siguieron los seres acuáticos de Borneiro, dirigidos por Rocío; el viento de Corcoesto, con la profesora María José al frente; los truenos de Canduas (los más rockeros de todos, comandados por Óscar); los arco iris de Fontenla (con Marta); y la tierra de Neaño, con la profesora Nuria al frente del grupo.

La cosa no era tan sencilla, porque el ecosistema es amplio y diverso. Así, dentro del elemento tierra se podían ver disfraces de bosques y también de desierto y, refiriéndose al agua, había divertidas nécoras, percebes y también pulpos. Los profesores contribuían a recrear la historia de las especies en el medioambiente con sus trajes de gotas de agua. Se oía la música del local social de Anos desde lejos y, tras el desfile, para reponer fuerzas, llegó la comilona. Chucherías de todo tipo (en carnaval está permitido) y, como no, postres típicos de entroido llenaban las mesas dispuestas en el recinto. Rosa, coordinadora del proyecto Voz Natura en el centro, atendía todos los detalles y, junto a los padres, todos los pequeños del CRA Os Remuíños repusieron fuerzas con filloas, rosquillas, orejas... Cuando ya se acercaba la una, también visitó a los pequeños el alcalde de Cabana, José Muíño, quien no dudó en probar lo preparado y saborear una buena magdalena. Se trataba de que los pequeños cogiesen contacto con todo lo que es típico en el carnaval, pero también de que, con imaginación, preparación y unos disfraces muy logrados, entendiesen la amplia diversidad de seres vivos y medios de vida que existen la naturaleza.