La faneca brava joroba las tardes de playa de los bañistas

Alexandra Tenreiro

CARBALLO

Los puestos de salvamento y socorrismo de la Costa da Morte atienden a diario entre cuatro y 15 personas con picaduras

15 ago 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

En los últimos días, las playas de la Costa da Morte se han llenado de gente. El sol luce con fuerza y las temperaturas rozan los 30 grados, por lo que las condiciones son idóneas para darse un buen baño o pasear por la orilla del mar. Sin embargo, no todo el mundo abandona la playa con buen sabor de boca, ya que quien más y quien menos ha sufrido alguna vez la picadura de una faneca brava.

Este pez de pequeño tamaño, que se alimenta de crustáceos, se caracteriza por tener un color castaño plateado, casi imposible de percibir en la orilla del mar. No obstante, su presencia no tendría mayor trascendencia si no fuese porque su picadura produce gran dolor.

Escarapote, pez sapo o faneca brava. Distintas acepciones, pero un mismo resultado. La aflicción que producen es intensa y cada año cientos de bañistas sufren esta molestia. Pies, tobillos o manos no se salvan de un buen picotazo si se aproximan a la zona donde está el pez.

La orilla o la arena mojada son los lugares más típicos para encontrar al animal, que clava su pincho si se ve amenazado, y el líquido que segrega inflama la zona del cuerpo afectada.

Este año, el mal tiempo de julio evitó que las picaduras de escarapote se incrementaran. Pero las buenas temperaturas del mes de agosto hacen que los puestos de salvamento de Protección Civil atiendan cada día casi una veintena de casos. «Los días con mucho calor recibimos a una media de 15 personas con picaduras de fanecas -comenta el coordinador de la playa de Razo, Pablo Fernández-, pero cuando hay poca gente solo recibimos a tres o cuatro personas». José Barca es socorrista en Baldaio desde hace 12 años, y señala que desde que trabaja en la playa ha habido un número similar de picaduras de faneca. «Estos días contabilizamos unas 2.000 personas en la playa, y si la marea está baja, como coincide últimamente, hay más incidentes de este tipo. La gente pasea por la arena mojada, y ahí es donde pican muchas veces», afirma. «Hemos tenido casos de niños con picaduras en las manos por jugar en la arena de la orilla. Mi consejo: cuanto antes se alivie la hinchazón, antes se irá el dolor», explica.

En otras playas en las que también ondea la bandera azul, como Laxe, aumentó la presencia del pez, ya que el año pasado hubo 162 picaduras, y este ya supera las 200.

En el arenal de Estorde, en Cee, el picotazo de escarapote es menos frecuente. De cuatro a seis personas al día se ven afectadas por este dolor, mientras que en la playa de Caión se producen una media de 10 casos al día si hay gran afluencia de bañistas, según estima el grupo de socorristas.

El síntoma típico tras la picadura es la inflamación y el fuerte dolor, que se calma con agua caliente o amoníaco, ya que el contraste con el calor baja la hinchazón. Pero, sin duda, las chanclas siguen siendo la solución más eficaz para tener una tarde tranquila y sin imprevistos.