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El ejército napoleónico pasa por las tierras de Buxantes

Modesto García Quintáns

AGRICULTURA

22 abr 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Estos días se está conmemorando el bicentenario de las batallas napoleónicas por tierras de A Costa da Morte. Además, la publicación en este periódico de varios artículos muy bien documentados como los de Alejandro Lamas, Víctor Castiñeira o el reciente libro de Os franceses en Mazaricos , entre otros, sirven para conocer mejor esos momentos históricos de importantes consecuencias para la comarca.

Sin embargo, alguno de estos relatos no concuerda con los transmitidos por nuestros antepasados y otros demostrados no constan en documentos oficiales. El autor de este artículo recogió por los años setenta testimonios verbales de varios vecinos de Buxantes, mayores de 80 años, memorizados de sus antepasados.

Contaban que en la batalla de A Ponte Olveira (12 de abril de 1809) hubo muchos muertos. Los soldados franceses, camino de Cee, quedaron sorprendidos por el disparo errado de un cañón traído en carro desde la villa de A Xunqueira. Temerosos de una dura batalla, se acercaron al puente en son de paz. Los lugareños, armados con todo tipo de herramientas de labranza, se abalanzaron sobre ellos, entablándose una encarnizada batalla con gran pérdida de vidas por parte de los lugareños. Los heridos y muertos eran tirados al río Xallas. Superada esa ineficaz barrera local y de camino hacia Cee, pasaron por el lugar de Hospital, destruyendo un cruceiro, y en ruta, los franceses se encontraron con un caserío conocido como Casas de Maias, situado al suroeste de la actual fábrica de Ferroatlántica en Dumbría, que quemaron -quedan los cimientos-, aniquilando a sus moradores. Siguiendo el Camino Real, llegaron a la Ermita das Neves y a otro caserío, tipo mesón, situado en la encrucijada de los caminos de Noia-Muxía y Santiago-Fisterra, conocido como Lugar da Fonte Santa. Sus moradores huyeron al monte, no así un minusválido encamado. A éste, lo ataron a la cola de un caballo y lo arrastraron hasta un paraje conocido como Brañas Edras.

La capilla les debió servir a los franceses de cobijo para el rancho, pero finalmente fue quemada. Estos sucesos trágicos no se encuentran documentados, pero quedan como testigos los restos de sus muros.

Lo acontecido en esos años todavía hace rememorar a los vecinos de Buxantes la angustia que debieron padecer sus antepasados. Aparte de las muertes, les confiscaron sus bienes y alimentos, como la carne de la matanza y el dinero. En el día de ayter también sonaron las campanas de su iglesia.

El paso de las tropas de Napoleón por el concello dumbriés viene incluido de manera más detallada en el libro Dumbría: historia, tradiciones y costumbres, del que servidor que escribe es su autor, publicado por la Diputación de A Coruña en septiembre del año pasado, y pendiente de su presentación en próximas fechas.