Desde hace algo más de dos años, una empresa de capital gallego denominada Investimento Grupo Inversor está haciendo pruebas y preparando las instalaciones de la mina de San Finx, en Lousame, para intentar reactivarla. El alcalde, Santiago Freire Abeijón, señalaba recientemente que «agora as cousas xa case deben estar a punto para que o xacemento volva funcionar». Y desde la firma confirmaban ese extremo. Joaquín Ruiz, uno de sus responsables, señaló que la intención es empezar a extraer mineral este mismo año, probablemente a finales del primer semestre, en verano.
Fue a finales del 2007 cuando el Concello de Lousame anunció que una empresa de origen gallego había adquirido la mina -se trata de una concesión a muy largo plazo-, ya que su oferta se había impuesto a otra de una sociedad lusa que también estaba interesada en operar en San Finx. En ese momento, tanto los planes del Ayuntamiento lousamiano como los de la firma en cuestión pasaban por que el yacimiento volviese a estar activo a mediados del año 2008, una vez que se hubiesen adecuado los edificios y la maquinaria de la mina, que llevaba casi dos décadas totalmente paralizada.
Distintos problemas
Sin embargo, no pudo ser. En el camino surgieron distintos problemas. Basta decir que la Justicia llegó a paralizar cautelarmente la actividad de esta compañía. Sin embargo, y a tenor de lo dicho por los responsables de la empresa, ahora esos escollos están superados y el camino empieza a estar expedito para que al fin se pueda extraer el mineral. Por el momento, se sigue intentando poner al día las máquinas, los edificios y los accesos.
Hasta el momento, son pocas las personas que se ocupan de estas labores. Sin embargo, el Concello de Lousame confía en que tan pronto se empiece a explotar la mina se creen entre 30 y 40 puestos de trabajo, algo que confirman desde Investimento Grupo Inversor. Eso sí, puntualizan que se irá contratando personal conforme la actividad vaya aumentando. En su día, la previsión era que se pudiesen producir 50.000 toneladas de material. Se trata de una cantidad en la que irían incluidos el wolframio, el estaño y la fracción de rechazo.
Convivencia harmónica
Tanto la empresa concesionaria de la mina como el Ayuntamiento de Lousame consideran que no hay problema alguno en que el uso industrial se compatibilice con el museístico. Basta recordar que, abanderada por el Concello, está en marcha una ambiciosa iniciativa para restaurar los edificios del viejo poblado minero y que la zona sirva para adentrarse en la singular historia de la minería gallega.