La parroquia de Carreira puede que consiga o no que Caixa Galicia renuncie a su pretensión de cerrar la oficina que tiene en la localidad desde mediados de los ochenta. Pero lo que demostró ayer con creces la localidad es que está en forma, y que sobran residentes dispuestos a luchar por servicios que consideran «imprescindibles para que isto non morra». No en vano, tras recibir recientemente cartas de la entidad financiera informándoles del cierre de las instalaciones, unos trescientos vecinos -apoyados por el gobierno local, BNG e IPdR- se echaron a la calle para que se les oyera gritar: «Non ao peche».
A las once era difícil encontrar donde aparcar en las proximidades de Caixa Galicia, la única entidad bancaria con oficina en Carreira. La carretera parecía un río de vecinos armados con carteles. Poco a poco, todos los residentes fueron tomando posiciones delante del local. Y fue entonces cuando empezaron a surgir los recuerdos. La mayoría contaban que, a mediados de los años ochenta, cuando la empresa apostó por la localidad, «todos intentamos cambiar os nosos aforros para aí». Luego explicaban que a los mayores les va a costar ir a cobrar sus pensiones fuera de la parroquia.
Desde niños a mayores
Y la protesta no entendía de edad. Porque varios pequeños llegaron a la manifestación en carritos y triciclos mientras que, Josefa, una vecina de 94 años, lo hizo en silla de ruedas. «Todos somos necesarios para tirar do carro», se oía decir. Luego, a través de la megafonía, un vecino informó de que se entregaron 500 firmas a Caixa Galicia; que el domingo -a las 11.15 horas en el local parroquial- habrá una reunión para formar una asociación de vecinos, y que esta primera protesta es la punta de lanza para traer «o médico e a farmacia para Carreira».