Otra vilagarciana en Haití

AROUSA

A María Sande, de Solidaridad Internacional, le cogió el terremoto en Jacmel. Ayer volaba de vuelta a casa

21 ene 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

A María Sande le cambió la vida el atentado del 11-S. Entonces se sintió incapaz de seguir viendo las imágenes de la tragedia en televisión y pensó que tenía que hacer algo. Así fue cómo entró a formar parte del voluntariado de Solidaridad Internacional. Hace unos años, la oenegé la contrató en su departamento de comunicación, pero aunque su trabajo está en Madrid, María aprovechó esa oportunidad y esa experiencia para conocer palmo a palmo la labor que Solidaridad Internacional realiza por todo el mundo. Hace unos años cogió una excedencia y se pasó tres meses en Guatemala, donde conoció las crudas condiciones de vida de las mujeres pobres en los países de Latinoamérica. A veces por su cuenta y otras con a raíz de su trabajo, la vilagarciana viajó por medio mundo, y fueron esas responsabilidades las que hace unos días la llevaron a Haití.

Como explica su compañera en la oenegé, María Paz, la cooperante vilagarciana estaba realizando una campaña de sensibilización. «Estaba con una compañera en la localidad de Jacmel, una zona afectada también por el terremoto en la que se contabilizaron, de momento, 350 muertos y 15.000 edificios afectados. Pero a ellas, afortunadamente, no les pasó nada. Eso sí, les cogió allí el terremoto, aunque ahora ya están de vuelta, hoy [por ayer] regresaban a Madrid».

Al margen de la campaña puntual que María Sande realizaba en Haití, Solidaridad Internacional se ha volcado con las víctimas del seísmo y ya está preparando programas de apoyo y reconstrucción en las zonas más afectadas de la isla. «Nosotros trabajamos con organizaciones locales -explica María Paz-; ahora se está haciendo la evaluación de los daños y pronto empezaremos con la reconstrucción».

Ayer no había podido comunicarse con su compañera vilagarciana, pero esperaba que hoy María Sande estuviese ya de regreso en Madrid, lo que seguramente será un alivio para su familia en Vilagarcía.

Dos de la ciudad

La experiencia de María Sande se suma a la del policía nacional Ignacio Hernández, que también llegó a Haití unos días antes del terremoto después de pasar las fiestas navideñas con su familia en Vilagarcía. El policía, que es cooperante de Naciones Unidas, salió también ileso de la tragedia, aunque tuvo unas horas en vilo a su familia, hasta que pudo contactar con ellos para decirles que se encontraba bien. No tuvo la misma suerte su compañera Rosa Crespo, cuyo cadáver fue identificado una semana después del seísmo.