Los padres de 140 alumnos de Trevías no dejaron a sus hijos acudir a clase

Daniel Gayoso

A MARIÑA

12 sep 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

Después de tres horas de intensa reunión, los padres de los 140 alumnos del colegio público de Trevías, en el concejo de Valdés, decidieron no llevar ayer a sus hijos a clase como medida de protesta por el itinerario del transporte escolar establecido por la Consejería de Educación. Las obras en un puente, que separa la localidad en dos, dejaba parcialmente incomunicado el colegio de la carretera, por lo que había que buscar una solución para llevar al centro educativo a los escolares que residen en los pueblos de la zona.

El Principado adoptó la decisión de poner en marcha todos los días, mientras duren las obras, un convoy formado por seis microbuses escolares que transportaran a los alumnos a clase a través de una carretera rural, algo que se haría con escolta de un coche de la Policía Local del concejo. Los padres mantuvieron una larga reunión en la que dejaron claro que ese itinerario era peligroso y, además, obligaba a los chavales a estar media hora más en el autobús escolar. «La decisión será indefinida hasta que se encuentre una solución segura para los niños», destacó ayer el presidente de la Asociación de Madres y Padres de Trevías, Manuel Fernández. Ayer por la mañana estaba previsto que se iniciaran las obras de derribo del puente, aunque los padres de los alumnos decidieron concentrarse sobre el a partir de las 8 de la mañana para evitar que se iniciaran esos trabajos. Esta situación provocó que el encargado de la obra llamase a la Guardia Civil, que se presentó en el lugar para intentar desalojar a los manifestantes, algo que no les fue posible durante la mañana. Por la tarde se multiplicaron los efectivos policiales y fue posible disuadir a los manifestantes, no sin antes interponer dos denuncias contra dos de las personas presentes, entre las que se encontraba el concejal no adscrito de Valdés, Balbino Suárez. Las máquinas comenzaron a demoler el viaducto, por lo que ahora los vecinos que quieran ir, por ejemplo, al centro de salud tendrán que hacerlo recorriendo varios kilómetros en coche. Algunos de los concentrados sobre el puente eran padres de alumnos que viven a gran distancia de Trevías. «Con el nuevo itinerario mi hijo tendrá que levantarse a las 6 y media de la mañana, y a eso no hay derecho. Vivimos alejados y no puede ser que salga a la una de la tarde y no llegue a casa hasta casi las cuatro de la tarde, sin comer», protestaba Norfelina Feito, una de las madres más afectadas por esta medida. Lo cierto es que, hasta ahora, algunos niños ya estaban tardando más de una hora en llegar al centro educativo, pero con el nuevo itinerario ese tiempo se incrementaría en treinta o cuarenta minutos más. «Pedimos que nos pongan un paso alternativo al lado del puente actual, queremos que nuestros hijos sean igual al resto y que el ir a clase no les resulte un sufrimiento», exigía otra vecina.

La Consejería de Educación conoció a primera hora de ayer la ausencia de los alumnos al centro, aunque no quiso adelantar qué medidas tomará. Solo quisieron dejar claro que este problema se debe a unas obras ajenas a la consejería que dirige José Luis Iglesias y que su solución no pasa por ellos.