«Non sei como fixen, debín sacar a man do bolsillo e caeume o dedo», dice la mujer que perdió el pulgar de su marido en un bar de Redondela

E. V. Pita VIGO / LA VOZ

REDONDELA

La mujer del operario perdió el dedo en la cafetería La Junquera, del centro de Redondela
La mujer del operario perdió el dedo en la cafetería La Junquera, del centro de Redondela Google maps

Fueron los trabajadores de la cafetería quienes encontraron el dedo cuando estaban barriendo el suelo

10 may 2024 . Actualizado a las 19:15 h.

«Non sei como fixen, debín sacar a man do bolsillo e caeume o dedo». Así explicó la mujer de Redondela cómo perdió en una cafetería el dedo que su marido se había amputado en un accidente doméstico días antes. Su marido, Manuel, fue operado de urgencia y se está recuperando.

Isolina Ramos contó, manteniendo el sentido del humor, que pasado un tiempo de la amputación volvieron a la nave donde ocurrió el suceso. «Alí encontramos o dedo e dixen: ‘‘Que bonito é, porque o meu marido ten unhas mans moi bonitas''», recordó. Y bromeó: «Ímolo levar para enmarcar». Así que la mujer metió el pulgar amputado en un bolsillo de la chaqueta, según parece envuelto en una servilleta, y según explica, se olvidó completamente del dedo.

Al día siguiente, Isolina Ramos fue a desayunar a una cafetería cercana a su casa con la falange en el bolsillo de su chaqueta. Al cabo de tres días, se acordó de él y le preguntó a su marido. El matrimonio dedujo que lo habían perdido dentro de su vivienda. «Manuel, e o dedo?, díxenlle. Que dentro de nada sáennos gusanos dentro da casa, porque o dedo aí tanto tempo... Fun buscar o dedo e xa non o encontrei», relató.

Lo encontraron al barrer

Fueron los trabajadores de la cafetería quienes hallaron el dedo cuando barrían el suelo y dieron la alerta, incrédulos. «Pensaban que era unha uva e ao final era un trozo de dedo», afirmó Juan Figuerido, el dueño del establecimiento.

Isolina y Manuel se sorprendieron cuando recibieron una llamada de la comisaría de Vigo. La Policía Científica había descubierto que las huellas dactilares del pulgar extraviado —las cotejaron en su base de datos— correspondían a un vecino que residía a escasos metros de la cafetería donde los camareros habían encontrado el dedo amputado.

Los agentes de la Policía Nacional iniciaron una investigación para averiguar si el trozo de pulgar estaba relacionado con algún tipo de delito que se hubiera cometido en la zona, pero finalmente pudieron determinar que se trataba de un accidente doméstico.

«Á semana ou así chamárono da policía para ver se perdera un dedo», señaló Isolina Ramos. Y continuó: «E el dixo: ‘‘Non, téñoos todos''». Entonces, los agentes de la Policía Científica insistieron: «Pero vostede non amputou un dedo?». Y ahí fue cuando Manuel cayó en la cuenta de que efectivamente había tenido un accidente en una nave y que le faltaba el pulgar.