Biden limitará los envíos de bombas a Israel si se produce la invasión de Rafah

Miguel Palacio NUEVA YORK / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

La palestina Buthayna Abu Jazar llora mientras sujeta la mano de su hijo Hazma, muerto en un ataque israelí, el jueves en Rafah.
La palestina Buthayna Abu Jazar llora mientras sujeta la mano de su hijo Hazma, muerto en un ataque israelí, el jueves en Rafah. Hatem Khaled | REUTERS

La decisión abre la primera brecha con Tel Aviv desde el inicio del conflicto

09 may 2024 . Actualizado a las 21:27 h.

Al final la línea roja de Joe Biden en Gaza resultó estar en Rafah. El mandatario estadounidense se ha reafirmado en su intención de condicionar parte de los envíos de armas a Israel a que la fuerzas judías no invadan esta localidad del sur de Gaza, que hoy acoge a más de un millón de palestinos, muchos de ellos desplazados. Una decisión que ha despertado las críticas de Tel Aviv, abriendo, por primera vez en los siete meses que dura la ofensiva israelí en Gaza, una brecha entre los dos aliados.

«Si entran en Rafah, no voy a suministrarles las armas», afirmaba con rotundidad el presidente de EE.UU. el miércoles durante una entrevista. Según Biden, su reticencia a apoyar el asalto de la ciudad sureña gazatí no implica que dejen de defender al país aliado y decía que continuarán garantizando «la seguridad de Israel». De momento, el envío a Israel que se mantiene en pausa desde la semana pasada consiste en bombas de 907 y de 227 kilogramos, un tipo de armamento con gran capacidad destructiva.

Las afirmaciones de Biden llegan cuando los ataques israelíes se han cobrado las vidas de más de 34.900 gazatíes. Y llegan en un momento en el que los movimientos de las tropas y las llamadas de Israel a los palestinos para que abandonen Rafah apuntaban a una inminente entrada en la ciudad. Una acción que, según el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, John Kirby, «beneficiaría a Hamás» y no a Israel.

Esta línea roja del presidente demócrata abre una brecha inédita en las relaciones entre ambos mandatarios. Si bien hasta ahora Biden había criticado la gestión de la guerra por parte de Netanyahu y, en ocasiones, al propio presidente de Israel, el estadounidense ha cumplido con su promesa de apoyo sin cortapisas al país aliado. Ahora, por primera vez, el presidente pone límites a la asistencia de su país a Israel.

La decisión de Biden ha despertado las críticas de Tel Aviv. El ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, publicaba en X los nombres de Biden y Hamás unidos por el emoji del corazón. Además, desde Israel afirmaban que con apoyo estadounidense o sin él, el Estado judío continuará con sus planes en Gaza. Netanyahu, que no se ha referido explícitamente al anuncio de Biden, decía el miércoles en un vídeo que las presiones no harían mella en la intención de Israel de «defenderse». Unas críticas de las que se hacía eco Donald Trump, rival republicano de Biden en las elecciones del próximo noviembre, que afirmaba que el presidente había decidido «alinearse con Hamás».

El jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, también se pronunció al respecto. Antes de hablar con Antony Blinken, el secretario de Estado de EE.UU., el viernes en Washington, Borrell pidió cautela ante una posición que, decía, habría que conocer en detalle antes de evaluar. Pero también era tajante y pedía la detención de la catástrofe humanitaria: «La única manera de que no se tiren bombas es que no se tengan».