«Con tres anos, Damián xa tiraba os penaltis»

GRADA DE RÍO

El canterano, que destacó por su golpeo de balón, comenzó en O Condado y a los siete años fichó por el Celta tras superar una operación a corazón abierto

10 may 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Damián Rodríguez Sousa (Ponteareas, 2003) pasó de la cuna al campo de fútbol. A los tres años ya le estaba dando patadas al balón en el Condado, al que llegó con su hermano, Nico, dos años mayor que él. En el conjunto de su localidad natal, en la que ha vivido toda su vida, estuvo un par de temporadas hasta que se lo llevó el Celta después de padecerlo en varios torneos. Lleva vestido de celeste desde los siete años, después de superar una operación a corazón abierto tras sufrir un soplo. Comenzó en categoría prebenjamín y fue en cadetes cuando comenzó a subir peldaños por encima de su edad. Ahora, Claudio Giráldez le ha abierto la puerta del primer equipo y el mediocentro da motivos para quedarse.

«Cando empezou comigo tiña tres años, case non andaba. Empezou porque o irmán era maior ca el. El era o máis pequeno», recuerda Nino Carrera, su entrenador en los minis del Condado (el predecesor del Vila do Corpus actual). «Na casa estabamos xogando a todas horas e el estaba desexando cumprir os catro para poder ir, pero tiñamos un familiar no club e puido entrar antes», recuerda Nico, que también llegó a las categorías inferiores del Celta y ahora milita en el Cultural Areas. En aquella etapa jugaba de delantero, pero también de lateral izquierdo. Cuando fue infantil y comenzó en el fútbol once, ya se colocó de mediocentro.

«O máis sorprendente que tiña con esa idade, sendo tan pequeniño, era o golpeo de balón. Era algo fóra do normal, xa golpeaba duro e ben cando o balón lle chegaba case a seu xeonllo», comenta Nino, a quien no le tembló el pulso para darle una responsabilidad añadida: «Con tres anos, se había penaltis xa os tiraba el». Su hermano lo corrobora: «Metíalle uns bos zapatazos ao balón. De pequeno destacaba por iso».

Recuerda Nino que a nivel personal era un chico muy tímido, casi tanto como trabajador y, además, un loco por el fútbol. «Era tímido, era moi pequeno. Nunca foi traste, todo o contrario, era tranquilo e caladiño e logo, con catro ou cinco anos, xa tiña máis personalidade».

Damián Rodríguez entró en el radar celeste por la vía de los torneos. «Xogamos varios nos que case sempre coincidiamos co Celta e tivemos a sorte que tiñamos un equipo moi bo con Damián, Nico, Pablo Álvarez, Roi Domínguez, e ganabámoslle moitos torneos ao Celta. Entón, viunos e foi cando os levou», apunta su primer entrenador.

Pero antes de vestir de celeste con siete años, tuvo que pasar por una complicada operación. «Tiña un pequeno sopro e operárono a corazón aberto e quedou súper ben. Ao principio ía a revisión cada a ano e agora vai cada tantos», indica su hermano. Poco después, ya debutó con el Celta.

Ahí comenzó una sucesión interminable de viajes en autobús en dirección a A Madroa para entrenar. A lo largo de este tiempo, y han pasado 14 años, Damián nunca abandonó el domicilio paterno en el que sigue viviendo en la actualidad.

Damián, junto a Javi Labrada.
Damián, junto a Javi Labrada.

El ponteareano pasó por toda la cadena de filiales del equipo celeste y fue internacional en categoría sub-15. Siendo cadete A, se encontró por primera vez con Claudio Giráldez en el cadete A, con el más tarde estuvo los tres años de juvenil. «Sempre foi de traballar aparte», frase de su hermano que resume su dedicación absoluta. Nino, que hoy ve el fútbol desde el otro lado, destaca por encima de todo, también lo confirma: «É un rapaz que vive polo fútbol. É moi traballador, moi implicado, moi humilde e, sobre todo, creceu polas ganas e os esforzo que pon».

En su última etapa en el Celta, desde el juvenil, Claudio Giráldez se ha convertido en una figura esencial para él. «Unha vez que gañas a confianza hai que saber responder. Confiaron nel e el é quen de responder a esa confianza. Agora, no último salto, Claudio foi unha peza clave».

Damián, con la seleccción española con los también canteranos Brais Rodríguez y David Vilán.
Damián, con la seleccción española con los también canteranos Brais Rodríguez y David Vilán.

«Non cambiou nada, o único é que lle piden máis fotos»

Llegar al primer equipo no ha cambiado para nada el carácter de Damián. «É o mesmo de sempre, non cambiou nada, o único é que lle piden máis fotos», comenta su hermano Nico.

Ni la familia ni su primer entrenador esconden que la llegada de Claudio Giráldez al primer equipo resultó providencial. «Sendo sinceros, unha vez que sube Claudio, ás expectativas soben un pouco», dice Nico, a quien cogió por sorpresa, al igual que toda la familia, la convocatoria para el partido de Sevilla. Tanto, que tuvo que meterse una paliza en coche para estar en el Pizjuán. La misma que la madre de Damián y su novia. «Cando chegou de adestrar, dixo que ía convocado, e nós arrancamos», recuerda el hermano mayor.

Un sofoco parecido, pero de menos kilómetros se lo llevaron el domingo pasado cuando Damián les dijo que iba a ser titular ante el Villarreal. «Chamounos cando estabamos saíndo da casa para dicir que xogaba e nós flipando. Fomos máis rápido», dice entre risas, reconociendo que el mediocentro ya lo sabía, pero que no contó nada al respecto a su familia.

Además, superó con nota esos 45 minutos según el dictamen de Nino, su primer entrenador: «No último partido na casa, os 45 minutos que fai son perfectos. Eu confío moito nel, pero sorpréndeme o ben que o está facendo, é impresionante». Pese a todo, Damián Rodríguez sigue «cos pés na terra, pero disfrutando del momento».

Por otra parte, y además de alcanzar el primer equipo, Damián, que hizo TAFAD en su día, está realizando las prácticas en el Celta Integra.