¿Dónde está Ana María Knezevich? Detenido su marido en Miami como presunto autor de su desaparición

La Voz REDACCIÓN / AGENCIAS

ESPAÑA

Imagen de Ana María Knezevich tras su desaparición en Madrid
Imagen de Ana María Knezevich tras su desaparición en Madrid SOS DESAPARECIDOS

El FBI y la Policía Nacional han arrestado a la pareja de la mujer de 40 años a la que se le perdió la pista en Madrid en el mes de febrero. Ana María y David estaban inmersos en un proceso de divorcio millonario y se investiga si alguien suplantó la identidad de ella enviando mensajes falsos a sus amigas

06 may 2024 . Actualizado a las 19:30 h.

La investigación sobre la extraña desaparición de Ana María Knezevich comienza a dar pasos adelante dos meses y medio después. El marido de Ana María Knezevich Henao, mujer colombo-estadounidense desaparecida el pasado 2 de febrero en Madrid, ha sido detenido en el aeropuerto internacional de Miami (EEUU) por su presunta relación con el caso, ha informado la Policía Nacional en su cuenta de Twitter. La detención se enmarca en una investigación llevada a cabo por la Policía Nacional, colaborando en la misma la Agregaduría de Interior de Belgrado, el FBI de Florida, y la Policía de Colombia. Ana María Henao, de 40 años y residente en Florida, despareció en la capital de España el pasado 2 de febrero por la noche, cuando sus allegados le perdieron el rastro.

En la detención, además de los agentes del FBI que están participando en las pesquisas, han participado agentes de la agregaduría de Interior de Belgrado -él es de origen serbio- y de la Policía de Colombia.

 Según relató al canal 6 South Florida su amiga Sanna Rameau, esa misma noche «un hombre con casco forzó las cámaras de seguridad y la puerta del edificio donde se alojaba», antes de perderse todo contacto. La joven desaparecida, aparentemente, estaría buscando mudarse definitivamente en medio de «un difícil proceso de divorcio». El hermano de la desaparecida, Felipe Henao, contó en entrevista con W Radio que la familia se preocupó tras recibir «una serie de mensajes» desde el teléfono móvil de la mujer desaparecida que «no parecían escritos por ella». «Creemos que fueron traducidos desde Google al español (...). Nos preocupa que haya sido planeado, por eso el tiempo es importante», manifestó.

Un divorcio difícil y el misterio de los mensajes

El rostro de Ana María Knezevich comenzó a circular por los ojos de millones de personas hace más de dos meses. Esta mujer de 40 años, que llegó a Madrid para cambiar de aires tras un mal divorcio, desapareció como si nada el pasado 2 de febrero y, desde entonces, ni su familia, ni sus amigos saben nada de ella. El único rastro que dejó fueron dos mensajes enviados a dos amigas. Pero nadie cree que los escribiera ella. La Asociación SOS Desaparecidos emitió de inmediato una alerta en forma de cartel que ya ha recorrido medio mundo. Su presidente Joaquín Amills aseguraba entonces que en sus 14 años al frente del colectivo, apenas recuerda unos pocos casos similares que, admite, no acabaron bien: «No hemos recibido ninguna llamada».

La última vez que alguien supo algo de Ana María, de su propia voz, era el viernes 2 de febrero. Esta estadounidense de origen colombiano había pasado aquella mañana mirando pisos en la capital. El alquiler del suyo, ubicado en pleno barrio de Salamanca, caducaba en marzo. Había llegado a Madrid desde Miami un par de meses antes, buscando un descanso en medio de una compleja separación. Su matrimonio con el serbio David Knezevich se había roto tras 13 años de relación. Durante ese tiempo, la pareja levantó conjuntamente un conglomerado de empresas tecnológicas en Florida, y era precisamente su reparto —de cantidades millonarias— lo que dificultaba que el divorcio saliese adelante. Mientras ella optaba por una división equitativa, él pretendía llevarse un 75 % de la compañía.

Huida a Madrid

Para poner tierra de por medio, Ana María se instala en la capital, donde vive una amiga de la infancia. Es con ella con la que habla ese viernes 2 de febrero, sobre las ocho y media de la tarde. Le dice que está cansada y que se irá a dormir pronto. Hablan también de los planes que tenían juntas para la semana siguiente. El lunes 5 viajaban a Barcelona para asistir a un evento y Ana María «estaba muy ilusionada con ello». La llamada termina una hora más tarde. Al día siguiente, esa y otra amiga reciben de la desaparecida dos mensajes idénticos. Con una diferencia: uno está escrito en inglés, y otro en español. «Conocí a una persona maravillosa. Tiene una casa de recreo a unas dos horas de Madrid. Ahora nos vamos y pasaré unos días allí. Aunque apenas hay señal. Te marco cuando vuelva», decían.

Ninguna de ellas cree que Ana María los escribiera, ya que no es su forma de hablar ni de escribir. Parecía, dicen, como si le hubieran pasado un corrector. Tampoco les cuadra que abandonara Madrid de repente, una ciudad cuya vida cultural le encantaba y en la que quería rehacer su vida. Alarmada, la amiga española acudió al domicilio de la desaparecida. Al no responder nadie a la puerta, llamó a los servicios de emergencias. Cuando los bomberos entraron por una de las ventanas se encontraron todas sus pertenencias y el desorden habitual, pero ni una sola pista sobre su paradero.

Una de sus vecinas dijo recordar que durante la madrugada del viernes al sábado había visto luz en la vivienda. Y que ese mismo fin de semana, unos desconocidos taparon con un spray negro la cámara del teléfono de la entrada y la de seguridad junto al ascensor. Aunque este detalle podría no tener nada que ver para los investigadores, ya que es una práctica habitual en la zona con los robos de viviendas.

Policía y FBI colaboran

Tras la desaparición de Ana María, su todavía marido, David Knezevich, contrataba a un abogado penalista llamado Ken Padowitz. El letrado aseguró en el mes de marzo en varios medios estadounidenses que su cliente estaba colaborando en todo lo posible y que si no viajaba a España era por su desconocimiento del idioma y por la falta de conocidos en el país.. «Sabemos que el FBI está realizando sus pesquisas, tanto aquí como en Serbia —donde se encuentra el marido de Ana María— y que la Policía se ha tomado la desaparición muy en serio», subrayaba de nuevo Medina en lo que parecía un augurio de lo que iba a suceder. Precisamente ha sido el FBI quien le ha detenido en los Estados Unidos.